Fue el 2 de marzo del año 2008 cuando Ángeles Zurera, aquella noche de luna creciente, cogió su teléfono por última vez. Fue aquella madrugada cuando se perdieron su rastro, su voz y sus pasos para siempre, y fue ese el momento en que su familia comprendió el significado de las frases que adornan las coronas de flores: «Tu familia no te olvida». Solo que Ángeles nunca ha tenido una corona, ni un velatorio, ni un pésame apresurado. Su historia es recordada en Aguilar de la Frontera a principios de marzo, cada año, entre el día de Andalucía y el día 8 de Marzo, y como un estandarte ondea su imagen frente al Juzgado, como símbolo de la exigencia de Justicia, de respuestas, de búsqueda de la verdad.

Su mirada nos sigue atenta mientras andamos por la calle Carrera: Ángeles, tu familia no te olvida.

Han pasado 14 años de búsqueda incesante, 14 años de dolor continuo de su familia, sus amigos y su pueblo, instalados en un duelo congelado con la esperanza permanente de que las investigaciones que siguen su curso a pesar del archivo provisional de las diligencias judiciales, den su fruto más pronto que tarde.

El paso del tiempo nos ha dejado la imagen de Ángeles permanentemente joven, mientras sus padres se hicieron mayores en estos años y su madre falleció sin el consuelo de conocer, al menos, dónde se encuentra el cuerpo de su hija.

Solo ella, de momento, conoce la respuesta a las preguntas, a las sospechas; más allá de los informes de los peritos, de la Guardia Civil, de las búsquedas y la participación de testigos y voluntarios, desde su silenciosa presencia, en su eterna pancarta, como una cometa al viento, desafiando al cielo y sus nubarrones, con la mirada fija en un olivar sin fin que se pierde en el horizonte. Parece que se la haya tragado la tierra.

La Plataforma de Apoyo a Ángeles Zurera, creada en 2008 en Aguilar de la Frontera, no cae en el desánimo, año tras año recuerda el día de su desaparición y solicita que su caso no se olvide, que la búsqueda continúe, que la investigación siga abierta y se analice cada pista, cada aportación es importante y debe de ser tenida en cuenta.

La foto de Ángeles aparece en estos días en cada calle de su pueblo, su reivindicación se mantiene inalterable: «Por un desenlace justo y humano».

Aquel 2 de marzo de 2008 se quedaron las gafas y lentillas de Ángeles en la mesa, las bolsas con las últimas compras sin abrir, la cama apenas deshecha, sus teléfonos sonaron sin respuesta desde esa madrugada. Luego llegaría la búsqueda, el dolor y la desesperación. Desde el principio su familia sabía que ella no se habría ido voluntariamente, ella que tanto quería a sus hijos y a sus padres. La buena hija, la buena madre que ocultó su realidad para no causar dolor a los suyos se ha llevado todas las respuestas.

El comité de desapariciones forzadas de la ONU ha afirmado que la prescripción del delito en estos casos solo se produce cuando la persona aparece con vida, se encuentran sus restos o se restituye su identidad y ha pedido al Estado español que garantice su cumplimiento y le insta a adaptar su legislación a fin de que los plazos de prescripción se contabilicen a partir del momento en que cesa la desaparición forzada, es decir, desde que se conozca su paradero.

El tiempo se ha detenido, la búsqueda solo tendrá fin cuando se conozca su paradero, ya desgraciadamente solo se espera encontrar su cadáver.

Ángeles, tu familia no te olvida.

** Abogada