Puede que contratar 250 marquesinas en 33 ciudades alentando a rezar delante de una «clínica abortista» sea un tema de libertad de expresión, pero sobre todo lo es de dinero. La Asociación Católica de Propagandistas es una organización antigua, dueña y fundadora de cosas como el CEU y sus editoriales, y muy vinculada a la Biblioteca de Autores Cristianos. Sus miembros son gente obviamente educada. Es una Asociación capaz de contratar 250 marquesinas en 33 ciudades solo para darle cuerpo a su campaña «Cancelados» (con una inesperada reproducción de V de «V de Vendetta» dentro de la última o), contra el «pensamiento único» y los «canceladores» y lo «políticamente correcto». O sea, capaz de contratar 250 marquesinas para intentar que le cancelen 250 marquesinas, en vez de dedicar el dinero a otra cosa (como 250 marquesinas que ofrezcan su ayuda, verbigracia).

El desencadenante es el futuro artículo 172 quater del Código Penal, que castigará al que «hostigue o coarte la libertad de una mujer que pretenda ejercer su derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, promoviendo, favoreciendo, o participando en concentraciones en las proximidades de lugares habilitados para interrumpir embarazos, causando un menoscabo en la libertad o intimidad de esta». La ACdP dice que esto criminaliza rezar delante de una clínica abortista, pero rezar no sale en el precepto por ninguna parte. Tampoco en la exposición de motivos, que habla de grupos organizados que «abordan a las mujeres con fotografías, fetos de juguete y proclamas contra el aborto antes de que entren a la clínica». ¿Cómo piensan rezar, con qué ritual obsceno van a dirigir palabras a Dios, como para que el rezo esté castigado por el futuro artículo 172 ter? El artículo es de técnica mediocre (¿cuánta gente es una concentración? ¿Dónde termina la proximidad?), pero estará sujeto a los criterios de aplicación de todo el Código Penal. Deberá aplicarse restrictivamente, deberá existir un ánimo de coartar, la conducta deberá ser apta para causar menoscabo.

Rezando según instrucciones expresas de Jesucristo, cometer el delito sería imposible. Mateo, 6, 5-6: «Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.» Parece más probable cometerlo al rezar como el fariseo descrito en Lucas, 18, 9-14, que puesto en pie en el templo se decía: «Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano». Como esta abortista.

La ACpD se dice harta de que le digan lo que tiene que hacer y pensar, y reivindica (campaña ‘Héroes con Leotardos’) acudir en ayuda de quienes no la han pedido. Reconozcamos sin aspavientos que la ironía es sobresaliente.

*Abogado