Una vez comprobado el alto poder adquisitivo que tienen determinados ciudadanos exponiendo bajo el árbol de navidad una ingente cantidad de regalos (suponiendo, claro, que todos los paquetes contuviesen algo), es hora de abrir el paquete que contiene el regalito que todos decimos que hay que abrir pero que, a la postre, nadie abre o simplemente desaparece de nuestra memoria. Para los que somos desmemoriados, el teólogo y filósofo Juan José Tamayo Acosta, nos lo ha vuelto a poner de manifiesto en una de sus últimas publicaciones, la que hace 75 justo a sus 75 años de edad: La compasión en un mundo injusto (Fragmenta editorial, 2021). El regalo contiene algunas de las injusticias más evidentes que campan a sus anchas por nuestro mundo. Os dejo algunas de ellas, seguro que tú puedes completar la lista.

La primera injusticia (o «brecha», término con el que también las llama en su nuevo libro) es la económica, que desemboca en el concepto de «Aporofobia», creado por Adela Cortina. La diferencia entre ricos y pobres es cada vez más abismal a todos los niveles y en todo el planeta. Se ve de manera muy claro en el caso de las personas migrantes, a quienes se acusa de querer apropiarse de los servicios educativos, sociales, etc. de los países a los que se dirigen.

La segunda injusticia es la patriarcal, esa oposición y persecución de los varones hacia las mujeres que ha desembocado en el llamado «Feminicidio», es decir, matar a las mujeres por el odio a las mismas.

La tercera de las injusticias, muy encubierta, es la colonial, entre las superpotencias y la pervivencia del colonialismo. Tamayo la llama «colonialidad», es decir, la pervivencia del colonialismo después de las respectivas independencias de numerosos países. Seguimos colonizando económicamente, cultural y educativamente, militarmente, etc.

La cuarta injusticia es la ecológica, que se provoca por el modelo científico-tecnológico de la Modernidad. Aún creemos que seguimos teniendo poder sobre la naturaleza. Vivimos aún dentro un antropocentrismo absurdo que está provocando un Ecocidio.

La quinta injusticia es la racista, la xenófoba. Aún no nos hemos decidido a poner en práctica la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.

La sexta injusticia es la afectivo-sexual. La binaridad sexual es la imagen que sigue todavía impuesta en nuestras sociedades. Quien no entra en esta binaridad es atacado. La norma impuesta sigue siendo la relación heterosexual.

La séptima injusticia es la cognitiva (concepto que Tamayo hereda de Boaventura de Sousa Santos) y que consiste en establecer una jerarquía en la que los saberes científicos son los más importantes, mientras que los más relacionados con la naturaleza de los pueblos y culturas primitivas son considerados inferiores. Es el epistemicidio.

La octava injusticia es la global (igualmente extraído de Boaventura de Sousa) entre los dos polos que denominamos el norte global y el sur global. El Sur global es la metáfora de los sufrimientos y las luchas de los pueblos colonizados. El norte global es la metáfora de aquellos sistemas políticos y económicos que desembocan en dominación.

La novena injusticia es la religiosa, entre creyentes y no creyentes, entre religiones hegemónicas y contrahegemónicas, entre religiones ricas y pobres. Esto da lugar a la persecución, al desprecio.

La décima injusticia es la digital, bien por pobreza para el acceso a las modernas tecnologóias, bien por carencia de formación o bien por falta de recursos en las zonas rurales más aisladas.

Bueno, aquí te propongo este árbol de navidad con regalos algo diferentes a los que seguro has encontrado bajo el tuyo, pero te aseguro que son tan necesarios o más que los tuyos.