Infancia Misionera, domingo 16 de enero de 2022, es una obra del Papa que promueve la ayuda recíproca entre los niños del mundo. Infancia Misionera promueve actividades misioneras en colegios y catequesis con las que educar a los niños en la fe y la solidaridad con la misión. También invita a los niños a colaborar personalmente con sus ahorros para los niños de las misiones. Los niños ayudan a los niños.

Despertar el sentido misionero en los niños es primordial, La misión hace que crezca en los niños un espíritu de amor al prójimo, de generosidad, solidaridad, justicia y entrega que les acompañará para toda la vida. La Infancia Misionera contribuyó con más de 19 millones de euros a los niños del mundo en 2019. Se llevaron a cabo 2.943 proyectos.

Como dijo Simeón cuando sus padres presentaron al Niño Jesús en el templo, siendo apenas un bebé, Simeón lo reconoció como «luz para alumbrar a las naciones» (Lc 2, 25 - 35), También los misioneros, llevan al mundo la luz del Evangelio de Jesús, que ilumina la vida de las personas y los pueblos. Un Cristo que nos hace recordar a aquellos que sufren las consecuencias de los excesos de ambición humana, y por ello hay que mirar al mundo y conocer realidades, como por ejemplo: Haití, considerado el país más pobre del mundo ni siquiera han iniciado la vacunación contra el covid, con violaciones sexuales incluso de niñas de once años, aprovechándose de la pobreza y miseria que varios años de guerra civil y catástrofes meteorológicas han provocado entre la población. Podríamos decir de otros abusos como la explotación laboral, hambruna, secuestros, niños soldados... Con el denominador común de aprovecharse de la inocencia de los más débiles, y apenas salen a la luz pública. Recordar también al pueblo sin tierra de la etnia Rohingyas, que mientras el año acababa, más de un centenar del rohingyas, son un millón, navegaban huyendo desde Birmania con destino hacia Malasia, naufragando frente a la costa de Aceh, en la isla de Sumatra, Indonesia.

Esto, como dice Bauman en su libro ‘Vidas desperdiciadas’ (edit. Paidós Ibérica) es una manera de nuestro moderno sistema de vida el desechar lo sobrante del modo más radical y efectivo: lo hacemos invisible no mirándolo o impensable no pensando en ello. Solo nos preocupa cuando peligra nuestro buen vivir o mal vivir, mas fruto de esa vivencia de Fe cristiana tenemos a muchos misioneros anónimos , como el fraile Capuchino cordobés de Puente Genil, Rafael Pozo, que desde el año 1969 se encuentra en Guatemala, entregando su amor cristiano a los desechos de la sociedad, creando centros de educación, consultorios sanitarios, arreglo de carreteras, residencias de mayores , de promoción social... todo ello con la ayuda de Instituciones españolas, sobre todo el Ayuntamiento de Puente Genil, Montoro y Córdoba, siendo en ‘Córdoba, la Delegación de Misiones’, el sacerdote Antonio Evans y un grupo de seglares quienes canalizan las ayudas a todo el mundo durante el año.

*Licenciado en Ciencias Religiosas