Posiblemente, los Reyes Magos sean de los pocos que reciben cartas escritas de puño y letra por sus autores. Pienso que son misivas escritas con el corazón, pues se prestan a reclamar sueños intangibles y recursos materiales. Mi carta, digitalizada y pública, solo puede discurrir por pedir aquello que sea un bien para todos, realista y a corto plazo. Meterme en otros terrenos, me puede traer demandas que ni quiero ni deseo. Así que paz y objetivos claros que los reyes no están para mucho trote con tanto confinamiento.

Majestades les pido que el año 2022 se abra el hospital de Palma del Río con el máximo de servicios sanitarios y todas las especialidades apuntadas en el proyecto que redactaron los técnicos de la Junta de Andalucía a instancias del ayuntamiento palmeño presidido por Ruiz Almenara. Ese hospital que costó enfermedades, sudor y lágrimas sea inaugurado haciendo justicia y salud para más de cincuenta mil personas de los pueblos de Palma del Rio, Fuente Palmera, Hornachuelos, Peñaflor y La Puebla de los Infantes.

Majestades, no quiero olvidarme del centro para discapacitados de El Pandero. Un hermoso edificio colorista y funcional que debe dar respuesta a muchas familias que cuenta con algún miembro discapacitado psíquico. Una esperanza de futuro integrador y asistencial para nuestros ciudadanos con otras inquietudes intelectuales.

Majestades he leído y escuchado que disminuye el paro, pero esa realidad no es generalizada municipio a municipio. Dependemos mucho del trabajo estacional y te pedimos planes laborales para comarcas agroindustriales, pero al mismo tiempo, que nadie juegue con los mecanismos de subvenciones y ayudas industriales para dejar parados a decenas de trabajadores menospreciando sus derechos laborales.

Y por último, no le deis tanto incienso a los vanidosos que se exponen al sol de Ícaro, menos oro a los ricos avarientos de poder y gloria, y mucha mirra a estas tierras perfumadas de azahar entre naranjos y ríos de síntesis histórica. «Era un niño que soñaba...».

*Historiador y periodista