Tenemos inflación. De hecho, tenemos bastante inflación. Concretamente, su indicador adelantado se sitúa en un 5,6% de tasa anual para noviembre y un 5,3% de tasa acumulada entre enero y octubre, y se espera que en diciembre repunten, como es habitual, la alimentación, vestido y calzado y otros bienes como los tecnológicos, ya que ese mes todos compramos más por las fiestas y eso hace aumentar la demanda. De hecho, y por hacer una comparativa, el año pasado la media anual fue de -0,3% y en los dos años anteriores no llegamos al 2%. Se está afirmando que no pasa nada y que todo es transitorio, incluso que la inflación es buena. ¿Es esto cierto?

Vayamos con lo primero, todos los consumidores hemos notado y vamos a seguir notando cómo prácticamente todo está más caro. Si las empresas venden más caro, al menos en esta situación, es porque les cuesta más producir. Creo que nadie discutirá la enorme subida de la luz, siendo esta energía un input vital para cualquiera que produzca no solo bienes sino también servicios. La subida de la luz se está achacando principalmente al encarecimiento del gas y de los derechos de emisión del CO2. El primero sube porque ha aumentado la demanda, en cierta medida, porque ya no queremos quemar carbón que es bastante contaminante y estamos teniendo un invierno frío en Europa; a lo que se une que las energías renovables no dan para satisfacer lo que necesitamos. El segundo porque quiere la Unión Europea, al ser unos derechos que pagan las empresas para poder emitir gases contaminantes. A esto se añade la subida de los hidrocarburos, en gran medida, porque ya no se produce tanto ni de forma tan eficiente. Este es un sector que lleva escuchando bastantes años que se va a reducir el consumo del bien que producen, y resulta absurdo realizar inversiones para renovar maquinas, plantas, equipos, etc. de una actividad que parece ya no va a tener cabida o bastante limitada en los mercados del futuro. Obviamente, al sector del transporte esto le afecta mucho y suben precios. Además, debido al covid, se creó un cuello de botella en el transporte marítimo. Compañías navieras más pequeñas quebraron y cuando se ha producido el repunte del consumo, simplemente hay menos barcos para transportar, con lo que sube masivamente el coste de los fletes.

Con todo esto, se dice que la subida de los precios puede ser transitoria porque la luz terminará bajando y los cuellos de botella desaparecerán. Es cierto que se espera que para el verano baje el precio de la luz, pero lo que ya no se está tan seguro es de que no se repita el episodio que tenemos ahora; igualmente, se comenta que para el tercer trimestre del próximo año se normalizarán los precios del transporte, pero siempre pendientes del precio de los hidrocarburos. No obstante, hay que tener en cuenta que ahora mismo los trabajadores vemos cómo suben los precios sin que suban nuestros salarios, esto puede llevar a reclamar subidas de salarios acorde con los precios, como ha pasado por ejemplo en el sector de metal en Cádiz. Esto provocaría nuevas subidas de precios en las empresas al ser el salario un coste para ellas. A esto se le denomina espiral salarios precios y puede provocar un nuevo brote de inflación. Así que no se puede estar tan seguro de su transitoriedad y de cuánto dure esta, es decir, a lo mejor dura dos años y todavía no están diciendo que es transitorio.

Respecto a lo segundo, la respuesta es no, la inflación no es buena. Lo normal es que las economías tengan algo de inflación, ya que el crecimiento económico se produce a base de aumentos de demanda que tiran de la oferta, y esto genera pequeñas tensiones de precios. El Banco Central Europeo estima que una inflación anual de un 2% es algo que se puede considerar normal cuando hay crecimiento económico. Aún así, cuando suben los precios, el dinero vale menos, porque podemos comprar menos bienes y servicios con la misma cantidad, a esto es a lo que se le denomina pérdida de poder adquisitivo, y quien más lo siente es quien tiene menos capacidad de compra. Las rentas más bajas, que son las que más se tienen que ajustar el cinturón incluso dejando de comprar productos para poder compensar la subida de precios de otros más necesarios. De ahí que se denomine a la inflación como «el impuesto a los pobres». Así que no entiendo como un Gobierno que se supone social puede afirmar semejantes cosas, lo que hace para seguir en los cargos...