El discurso del jueves del jarote Bartolomé Valle Buenestado como académico numerario en el salón Julio Romero de Torres del Círculo de la Amistad sobre la primera vuelta al mundo o el nacimiento de la geografía universal libera a la comarca de Los Pedroches de ese achacado encerramiento localista y la coloca en el abierto camino de los viajes, por donde el hombre descubrió el Universo. Académica intervención de este pedrocheño a la que el historiador sevillano José Manuel Cuenca Toribio le contestó con hodiernas y enhebradas palabras nacidas del corazón del diccionario, muy alejadas de la reiterada y pobre jerga de los móviles y las redes sociales.

Escena tan solemne y académica la del jueves en el Círculo de la Amistad que nos remite a los viajes, a la vuelta al mundo a, precisamente, Unter den Linden, esa avenida alemana de nombre tan poético (Bajo los Tilos) que comienza en Berlín tras pasar la Puerta de Brandeburgo y te lleva a la Isla de los Museos, donde un día me encontré en el Egipcio a Jaime Peñafiel, que estaría buceando para una crónica rosa de ¡Hola! en los amores de Nefertiti. Y es que en el número 71 de la avenida Bajo los Tilos acaba de montar su despacho de jubilata de pro Angela Merkel, la excanciller alemana de 67 años que dice que se quiere dedicar a leer, dormir y escribir sus memorias, hacer senderismo, quedarse en casa y también ver mundo, o sea, viajar. Que fue lo que hice en los veranos de los setenta en Alemania, cuando yo era un joven español cerca de los veinte años que vivía en una dictadura y necesitaba completar sus estudios con la práctica de la vida, que te daba un sueldo por trabajar. La cadena de una fábrica de frenos de coche en Frankfurt y luego otra de salchichas fueron las otras aulas donde los estudiantillos cordobeses aprendíamos cómo era el mundo, que lo enseñaban en las portadas de las revistas hermosas mujeres, en las manifestaciones por las calles, en el cine porno, en los striptease o en el estreno de películas como El último tango en París o La gran comilona. Un tiempo en el que completábamos nuestros estudios de Filosofía con el pensamiento práctico, como ese que ayer llevó a Madrid a quienes todavía dialogan con Platón y Aristóteles, mi hija por ejemplo, a concentrarse en las puertas del Ministerio de Educación “en defensa de la Filosofía”, que quiere hacerse oír.

La geografía universal y los viajes han llevado también a la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz a entrevistarse con el Papa Francisco, un encuentro que la líder de Unidas Podemos ha tildado de emocionante al tiempo que ha agradecido al Pontífice su postura sobre el trabajo decente, el covid-19 y el futuro del planeta. Hay cosas que no se podían ver antes. Otras que sí. Como el presidente de la República Árabe de Siria, Bashar al-Asad, acusado de crímenes de guerra, que viajó a Córdoba para inaugurar con los reyes de antes la exposición El esplendor de los Omeyas cordobeses en mayo de 2001, cuando Carmen Calvo era consejera de Cultura de la Junta, cuyo catálogo ha sido reeditado al cumplirse veinte años, y José Antonio Maldonado, el hombre del tiempo en RTVE. Con el presidente sirio almorzamos en el Alcázar de los Reyes Cristianos; a Maldonado le pregunté qué tiempo iba a hacer para la romería de mi pueblo, Villaralto. No acertó.

Sí ha acertado en su particularísimo viaje periodístico José Juan Luque, al que le han dado el Premio Córdoba de Periodismo precisamente en un tiempo en que la libertad de prensa retrocede, con 488 periodistas presos en 2021. El que sí ha hecho un indiscutible viaje personal es José Sacristán, el actor de Chinchón al que los ajos de su pueblo le permiten atarse a su propia tierra para no perderse por el mundo al que le llevan en sus películas. Eso fue, al menos, lo que contó el jueves en La 2 –una cadena que todavía mantiene cierta inocencia positiva- ante Carlos del Amor. Esta semana que entra los niños de San Ildefonso nos cantarán el Gordo de la Navidad y celebraremos la cena de Nochebuena… en un tiempo en que las oficinas bancarias han desaparecido, el alza de precios y la escasez de alimentos agravan la crisis cubana, el histórico Simago espera convertirse en hotel y Málaga en la Expo de 2027, un viaje de vuelta a la Sevilla del 92, pura geografía universal.