El Paseo de la Ilusión es lo más hermoso que he visto últimamente, y necesitamos mirar cosas hermosas, tocarlas y sentirlas para seguir viviendo. Se trata de un paseo gratuito de los taxistas de Córdoba a 300 mayores, con sus cuidadores, por las calles que ofrecen su encendido navideño. Participan en este Paseo de la Ilusión usuarios de trece residencias, del servicio municipal de ayuda a domicilio y de la Asociación de Alzheimer San Rafael, en una tradición que alcanza ya los 17 años. Los taxistas decoran los vehículos con adornos navideños, se visten de Papá Noel y llevan por el centro a los mayores para que puedan ver las luces y el ambiente: han recorrido la plaza de Colón, Ronda de los Tejares, avenida República Argentina, Paseo de la Victoria, Concepción, Bulevar del Gran Capitán, Gondomar y plaza de Las Tendillas, para acabar la ruta de una hora en la calle Claudio Marcelo, disfrutando también de los coros navideños al pasar por la iglesia de San Nicolás y Las Tendillas.

Como ha contado CÓRDOBA, ha sido posible gracias a Pide Taxi, que es el gran organizador, el Ayuntamiento, controlando el tráfico con la Policía Local, y la Diputación, que cedió su aparcamiento para la salida de los 84 taxis. Esto es factor humano, esto es la Navidad entendida como tiene que ser: la unión por el cariño que nos hace más fuertes, aunque cada uno tengamos una herida por la que respirar. Creo en esto y creo en una ciudad con claroscuros, sí, que lo hace posible. Gracias y enhorabuena a Pide Taxi por hacer felices a todos esos hombres y mujeres que tienen la ilusión adormecida en los ojos cansados que nos lo dieron todo, esa ilusión que ha vuelto a despertar en las luces brillantes, en la calle con fiesta, con su alegría que nos dignifica. Un poco ‘Qué bello es vivir’, con algo de Frank Capra ante el peligro. Ya sé que todos tenemos el riesgo de resbalar, estos días, con la emoción dura a flor de piel. Pero ante esta ternura, cómo no la vamos a cantar.

*Escritor