Cuando hablamos de la memoria, todos sabemos lo importante que es para poder gestionar nuestra cognición. Tiene la facultad de conservar y procesar información de aspectos de la realidad, de hechos que sucedieron y que voluntariamente se recuerdan. Tener una buena memoria es, sin duda, un don que se tiene, quizá por crecimiento espontáneo o por genética. Aquellos que gozan de tener este bien, como soporte del saber acumulado, disponen de una fuente en la que beber para activar la sabiduría, el razonamiento, el aprendizaje... Es nuestro modo de ser y estar para gestionarla según podamos o nos convenga. Somos quien somos gracias a lo que hemos asimilado, dando pie a nuestras expresiones e ideas, esto nos crea una identidad personal influenciada, desde luego, por muchos factores.

En momentos importantes como pueden ser las crisis sanitarias, económicas y políticas, conflictos que afectan a la convivencia y a nuestras vidas, la psique empieza a activarse de manera instintiva con respuestas, a veces, más emocionales que racionales. Lo estamos viendo actualmente en nuestra sociedad a través de lo que anuncian los medios de comunicación, de lo que observamos en las calles y de experiencias personales. El mal humor y la violencia se han acentuado desde que empezó la crisis que padecemos. Las agresiones gratuitas se están sistematizando entre la población. Las televisiones privadas como Antena 3, en sus informativos, nos recuerdan el antiguo periódico El Caso. Las cadenas públicas, emiten de manera secuencial, documentales, películas, apelando a una memoria histórica-conflictiva como la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Civil Española, los Campos de Concentración, la vida de Hitler... Un emborrachamiento de Hazañas Bélicas que nos tiene acongojados aportando más estrés, si cabe. Si se quiere apelar a la memoria, ¿por qué no recuerdan programas como Cesta y Puntos? ¿Se acuerdan? en el que los alumnos del bachillerato demostraban saber las conjugaciones de los verbos, la historia universal, las declinaciones en latín... El nivel de aprendizaje en las aulas llegó a ser una referencia internacional. Ahora sería impensable reproducir un concurso similar, sería un fracaso por lo poco que asimilan. Los alumnos se están formando sin prácticas de memoria, conceptos como razonar y resolver lo hacen hoy para olvidarlo mañana. Una referencia son los libros escolares, reproducen conceptos y conceptos que se dieron en cursos pasados. Si no se invierte en educación, y me refiero a cambiar el sistema educativo hacia un amplio espectro de conocimientos y dejarlo anclado consensualmente, perderemos el concurso de vivir en libertad abocando hacia una España intencionadamente deficiente en su nivel de vida.

El psicólogo y neurocientífico Endel Tulving hablaba de «los diferentes sistemas y procesos cerebro-conductual-cognitivos que, mediante la interacción y la operación, permiten a su poseedor beneficiarse de la experiencia pasada y así favorecer la supervivencia». Puede ser una estrategia personal si antes se ha trabajado en las bases de una formación académica y cultural, pero también el «beneficiarse de la experiencia pasada», en manos del poder político puede «favorecer la supervivencia» de quién quiere perpetuarse en el poder a costa de mantener a un tanto por ciento importante de la población en la ignorancia y en la fácil manipulación.