Escribí en estas mismas páginas el 2 de octubre que «salvo sorpresas CDU/CSU será oposición en la nueva legislatura alemana» Estaba claro entonces que, aunque la victoria del candidato del SPD, Olaf Scholz, no fue muy amplia era suficiente para derrotar al candidato conservador. Se iniciaron, con seriedad y sin subterfugios, los contactos entre los partidos más votados para lograr el consenso. Lo han logrado con esa virtud envidiable de los políticos alemanes, de superar lo que aquí es imposible. Se han puesto de acuerdo tres partidos, la llamada «coalición semáforo» por aquello del color rojo, ámbar y verde del SPD, Liberales y Verdes.

Asistí durante mi estancia profesional en Bonn a varios cambios tras las elecciones federales. Siempre permanecía en el Gobierno el FDP, Partido Liberal. Su representante. Hans Dietrich Genscher, fue el eterno ministro de Asuntos Exteriores. Unas veces con los conservadores, otras con los socialdemócratas. A partir de ahora será una mujer, de los Verdes, como también ocuparan mujeres los ministerios de Defensa, Interior y Justicia. No habrá 23 ministerios como en la Moncloa, sino 16, la mitad mujeres. El exalcalde de Hamburgo, Olaf Scholz, continuará la política de austeridad que ha caracterizado a Ángela Merkel. Hija de un pastor protestante de la RDA, aprendió esa vitud. Tuvo claro, como lo tendrá su sucesor, la importancia del Parlamento a la hora de rendir cuentas y, por supuesto, no convertirlo en un circo como ocurre muchas veces en la Carrera de San Jerónimo. Los 395 diputados que han elegido a Olaf Scholz no se permitirán frivolidades.

*Periodista