«Yo el 15 de febrero, como ya la pandemia azotaba fuertemente a Italia, convoqué a mi equipo porque tenía la convicción de que Italia es España y por tanto teníamos que desplegar un montón de medidas porque veíamos lo que iba a pasar. Tanto fue así que el 4 de marzo, si lo recordamos, presenté una guía que fue enormemente polémica en el Gobierno y también fuera se me acusó de ser una alarmista. En fin, esto fue en la antesala del 8 de marzo». Son las declaraciones de Yolanda Díaz para Radio Cable. No lo dice el franquismo, ni el PP, no lo dicen los cayetanos de la calle Núñez de Balboa, sino Yolanda Díaz, que viene perfilándose estos días, con una decidida voluntad, como una alternativa a la izquierda de Sánchez. Ayer anduvo no entre desmentidos, sino echando balones fuera a la ultraderecha, que es el perejil de todas las salsas cuando el tema se ofusca en cocinar la verdad. No es nuevo: el mismo Fernando Simón, que declaró antes de la manifestación que, si su hijo le preguntaba si debía ir o no, le respondería que hiciera lo que quisiera, también admitió luego que ellos mismos estaban trabajando en la realidad del virus desde enero. Es curioso que lo cuente ahora Yolanda Díaz, porque el 4 de marzo de 2020 declaró: «Quiero mandar un mensaje de absoluta tranquilidad. El Gobierno de España con el ministro de Sanidad a la cabeza están actuando correctamente y por lo tanto no aceleremos riesgos que a día de hoy parece que no existen». ¿En qué quedamos? Yolanda Díaz tira la pedrada y no esconde la mano, porque todo es culpa de la oposición. El 8-M tenía que celebrarse y por eso no se prohibió ninguna concentración multitudinaria, incluido el mitin de Vox. Irene Montero y Carmen Calvo animaron a acudir y solo al día siguiente España registró 1.200 casos y 28 muertos, mientras Salvador Illa -ya sí- anunciaba medidas de contención. Seguramente el covid no pudo evitarse. Pero ahora ves las fotos del 8 de marzo y la pregunta es si pudo ser menor.

*Escritor