De las tabernas del casco histórico de Córdoba trata el nuevo libro de Manuel Mª López Alejandre, cuya presentación oficial tuvo lugar en Bodegas Campos hace unas semanas. Nuestro espacio aquí es limitado y no nos llegaría para exponer ni una décima parte de su currículum, por otra parte sobradamente conocido; su sólo nombre ya nos sugiere un profundo conocimiento del vino y de los vinos, confirmado en los numerosos libros sobre vinicultura, enología, cata, los vinos de Montilla-Moriles, vinos de Andalucía, discursos y recopilaciones de poemas, que le han valido premios, medallas y sobre todo, prestigio y respeto en este difícil mundo de las denominaciones de origen y las indicaciones geográficas.

Es un libro muy bonito, con ilustraciones de Ginés Liébana, interesante para cualquier persona que visite la ciudad y mucho más para las que vivimos en ella, porque nos desvela aspectos muy importantes de nuestra historia y nuestra cultura. Empieza con unas palabras previas de Antonio Gala, continúa con dos sonetos, uno de Miguel Salcedo Hierro y otro de Fernando Pérez Camacho y después el autor nos toma de la mano para llevarnos taberna por taberna y de barrio en barrio -Mezquita-Catedral, Judería y Puerta de Almodóvar, Alcázar Viejo, San Miguel, San Nicolás, San Pablo, San Andrés, La Magdalena y San Lorenzo, San Pedro, Santa Marina, avda. de América y Ronda de los Tejares.

La portada es una fotografía realizada por Francisco Sánchez Moreno, en un rincón de la bellísima Taberna El Pisto, templo gastronómico de la cocina popular y tradicional de Córdoba. En la fotografía figuran José Carlos Fernández Roldán, Carmen Gosálbez, Marisol Salcedo, Rafael Mir, López Alejandre, Rafael López Acedo, Remedios Marín, Rafael Cerezo, Carmen Cerezo Gosálbez y Marta Cerezo Gosálbez, todos ellos en animada conversación. Deseo destacar que Rafael López Acedo, dueño del Pisto, tabernero por los cuatro costados y Tabernero de Honor del Aula del Vino, aparece relajado y sonriente, desmintiendo una vez más la fama del tabernero cordobés mala sombra. Como también la desmiente Manuel Gavilán Galbán, hombre entrañable de abundante historial, que en El Olmo despliega su amabilidad y su afecto y que hoy mismo, a las 8 de la tarde recibirá el diploma que le convertirá en Tabernero de Honor del Aula del Vino. Vaya desde aquí la más temprana felicitación.