Nadie se escandalice a estas alturas por el calificativo. Me puse en contacto con tan peculiares dípteros siendo un niño y las evocaba en mis relaciones afectivas y hasta familiares sin el menor rubor y por mi razonable inocencia. Cojoneras porque vivían alrededor de los órganos testiculares de los caballos y parientes, los llamados comúnmente cojones. De aquí el término cojoneras o, más fino, sería testiculares. No sé si a las hembras también las rondaban para los desplazamientos. Es lo mismo, ya me entienden los pacientes lectores. Uno con perdón si hiero sensibilidades.

Recuerdo perfectamente aquellos pasajes en que las moscas cojoneras eran protagonistas en las vidas de cortijeros jóvenes y no tan jóvenes. Ocurría en La Jinesa, la finca de don Niceto Alcalá Zamora, que fue presidente de la República Española. Yo estaba allí o en Cenascuras, un gran cortijo , también de don Niceto, porque mi padre, como alcalde de Priego con garantías de honradez para los políticos de la Dictadura, había sido designado como administrador hasta que se distribuyera la herencia del digno y brillante republicano.

Y volvemos a las moscas cojoneras y algunos pasajes que recuerdo como de una película . los porqueros o gañanes eran muchachos jóvenes, hombres de pelo en pecho. Yo los admiraba porque me sorprendían con sus cosas a mi corta edad. Supongo que no pasaba de los diez años. Pues cogían las moscas cojoneras del culo de las caballerías y las iban metiendo en un bote de cristal. Cuando aquel interior ya era una bola inestable y oscura, lo cerraban bien y al espectáculo. Reunían a los familiares, que serían más de diez, y a los señores que ocupábamos La Jinesa o Cenascuras . Tomaban a la perra ‘Canela’, una podenca rubia, y le colocaban en el cuello un puñado de moscas cojoneras. El animal se volvía loco; la soltaban y corría, descompuesta, para resbalar en los terruños y chocarse con cuanto encontraba a su paso. ¡Un espectáculo que aún me sorprende! Aquella podenca, horrorizada y tropezando con todo, como loca... Y me viene a la cabeza, después de tantísimo tiempo, cuando veo el comportamiento de algunos españoles en situaciones que requieren solemnidad y respeto: moscas cojoneras que, cobardemente, agreden a los políticos que representan, por ley y decisión popular, que tratan de hacer lo que puede hacerse por todos nosotros y en circunstancias tan malas como estamos viviendo. Moscas cojoneras de cualquier ideología y siempre sin duda para España y los españoles. Cobardes entre la muchedumbre. No se hace una cosa así a quienes están ahí para servirnos. Es lo que hacen: ayudarnos a todos, todos, a pasar esta difícil vida que nos toca.

** Escritor