La noche del Planeta recibí un guasap de mi hija siempre al loro: -¿Has visto que Carmen Mola son tres tíos? -Sí. Por eso sus libros son tan espantosos -respondí. -Jajajajaja. Me lo estoy pasando pipa con los comentarios en Twitter. Ofensa enorme se considera en múltiples ámbitos ese uso hombruno de nombre de mujer y la polémica iba a ser antológica. Así la Alianza contra el borrado de las Mujeres lo llama «desfachatez» y «operación de marketing» y el gremio de editores, «un juego de mal gusto». En el colmo del cabreo de género, la librería de literatura femenina Mujeres y Compañía retiró todos sus ejemplares. Aunque ahí lo comprendo, pues es como si una tienda de casquería se pusiera a vender medias de Dior, y valga el ejemplo surrealista, pues surrealista estimo el escándalo, producto de estos tiempos de excesos, bobería y puritanismo feminoide reñido con el feminismo sensato.

Es cierto que, a lo largo de la historia, la mujer ha sido maltratada, asesinada, utilizada y borrada. Y aunque Enneduana, Safo, Hipatia, Isabel de Villena o Teresa de Jesús entre otras firmaran con su nombre en épocas en que todo lo que no fuera orar, cuidar del hogar o servir al hombre les estaba casi vedado, rescatar a todas las mujeres ninguneadas es obligación ímproba y muchas se han perdido para siempre. También es cierto que muchas mujeres firmaron como varón, desde las hermanas Bronté a Cecilia Bohl de Faber, aunque Emilia Pardo Bazán tuvo éxito con sus santos ovarios. Mas los pseudónimos han existido siempre y Voltaire o Fígaro escondieron nombres tan hombres como ellos.

A mí me horrorizó La niña gitana por sádico, poco original y oportunista. Otra novela de suplicios como aquella de meterle abejas por la boca a la víctima, curiosamente también escrita por mujer, -una sola- sin planteamiento de problemática femenina alguno. El secreto de su éxito es prueba de la devaluación de la novela hoy. Y no me planteo como impostura que lleve pseudónimo femenino. Pero ¡que se necesiten tres hombres para escribir algo tan mediocre! ¡Eso sí que debería preocupar!

* * Profesora