Lo mejor de cada casa va a reunirse hoy en San Sebastián para manifestarse en apoyo a los presos de ETA. La estrella será Oriol Junqueras, ese hombre de lágrimas dormidas ante la representación del sueño propio que iba a partir en dos su población. Tiene todo el sentido que Junqueras vaya a San Sebastián a apoyar a los presos porque él mimo lo ha sido, y por razones análogas: no tanto en actuaciones como en intenciones, y también en razones. Que acompañen a Junqueras miembros de Unidas Podemos, PNV y Bildu, para defender los derechos de los etarras presos, es una extensión de esa lógica. La prueba de que en España se defienden más los derechos de ciertos presos que a las víctimas del daño que produjeron es que Oriol Junqueras puede ir a San Sebastián acompañado por tres guardaespaldas pagados con nuestros impuestos. Eso lo saben muy bien los demás hacedores del procés que también estarán hoy en San Sebastián: Raúl Romeva, Josep Rull, Carme Forcadell y Dolors Bassa. La manifestación acabará con un acto emotivo en el Boulevard de San Sebastián, con el objetivo de dirigirse al Gobierno español, para que avance aún más en la «eliminación de la excepcionalidad carcelaria» de los presos etarras en prisión. Todo lleva a pensar que el Gobierno de Pedro Sánchez se mostrará receptivo ante semejante reto moral. De hecho, el lema de la comitiva también demuestra hondura emocional y síntesis muy lírica: En marcha, en el camino a casa. Claro que sí, hombre. Con una alfombra roja y esas recepciones que nos gustan, ante todo el pueblo celebrando su romería entre grandes fotos de los asesinos, mientras Otegi dice que lamenta el daño. Los aguafiestas de la Asociación Plataforma de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo ya presentaron en septiembre, ante la Audiencia Nacional, una petición para que se prohibiera la marcha. Qué sabrán ellos. A fin de cuentas sólo son los hijos, los hermanos, los padres y las madres de los muertos. Esos que no pueden regresar.

*Escritor