El Domingo Mundial de las Misiones es una jornada anual en la que la Iglesia católica promueve el espíritu misionero. Se celebra en todo el mundo el penúltimo domingo de octubre, día 24 coincidiendo con el día de San Rafael, bajo el lema «Cuenta lo que has visto y oído». La Jornada Mundial de las Misiones en España se conoce como Domund y se celebra desde el año 1926. Con ella, se pretende promover el compromiso de los cristianos enfocado en la ayuda a los más necesitados y en el anuncio de la fe. Una labor que llevan a cabo unos 12.000 misioneros españoles.

Si bien es verdad que muchos han visto y oído en directo órdenes religiosas, ONG, fundaciones, aun no eclesiales, a todos llega el eco del significado de los misioneros de lo que hacen en los sitios de misión, del valor y valentía de trabajar en esos sitios arriesgando incluso sus vidas, que nos llegan a través de los medios de comunicación. Pero no olvidemos que además de hacer, cosas, y predicar el Evangelio, nos está haciendo una crítica a nuestras conciencias y a responder a la pregunta del Génesis que Dios hace a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel? En África solo ha sido vacunada por covid el 2% de su población. Yo, personalmente tuve la suerte de escuchar y conocer a misioneros que me contaban del trabajo que silenciosamente realizaban en su destino. Y me vienen a la mente imágenes que me llevan a la reflexión sobre la Iglesia en el Tercer Mundo: 1. La imagen de Vicente Hordazar, sacerdote de la diócesis de Guadalajara, misionero en Perú durante los años 80, murió en «un accidente» de automóvil, despeñado en un barranco. 2. La imagen del sacerdote jesuita Rutilio Grande, amigo de Monseñor Romero, que estuvo en lo que hoy es colegio de La Aduana de Córdoba en los años sesenta. Fué asesinado a tiros en El Salvador. 3. El misionero cordobés (Pozoblanco) Antonio César Fernández, asesinado en Burkina Faso tiroteado por terroristas radicales islamistas. 4. Monseñor Jesús Aguirre, también cordobés, que nos da ejemplo en Centro África de entrega y abnegación... y otros muchos catequistas que Evangelizando entregan sus vidas por los desfavorecidos, incluso hasta el martirio. Por último recordar el 50 aniversario de la Teología de la Liberación surgida tras el Concilio Vaticano II basada en la encíclica «Ad Gentes»; iniciada por el teólogo dominico peruano Gustavo Gutiérrez. Después de 50 años, permanece un modo nuevo de hacer teología, una teología que no es mero reflejo de la teología europea, sino que es una teología postcolonial, del Sur, que parte de la realidad histórica del pueblo pobre y oprimido de América Latina, que lucha por un cambio social, porque cree que otro mundo es posible, un mundo libre de estructuras injustas y dependientes.

Una teología espiritual pero sin que se sustituya a Cristo por el pobre, (Mt 25) sin reducir la salvación a lo socio-económico y político sino que es histórica concretada en la vida humana, un Jesucristo humano que cura, ama y tiene un proyecto de vida concretado en las Bienaventuranzas.

** Licenciado en Ciencias Religiosas