El otoño nos llega vestido de conocimientos fecundos, del disfrute del patrimonio universal, de luminosas ideas, de investigaciones prometedoras, de descubrimientos novedosos que centran nuestra atención, o de ferias y festivales donde la cercanía fomenta la convivencia y el conocimiento recíproco.

Córdoba se erige durante estas semanas en epicentro de la cultura. Comenzamos con el otoño sefardí que arrancó a primeros de mes con más de 70 actividades centradas en el pensamiento, las artes, el patrimonio y su festival internacional de música sefardí. Siguió la Noche del Patrimonio, donde las 15 ciudades Patrimonio de la Humanidad de nuestro país pusieron de gala monumentos y museos, y realizaron multitud de acciones divulgativas para el disfrute y puesta en valor de nuestro rico patrimonio, como una de nuestras señas propias de identidad. La Feria del Caballo Cabalcor también ha sido eje principal todo el mes con la cultura del caballo, en un evento de altísimo nivel y fecunda participación. Los campus universitarios abren sus puertas con un empuje creciente cada año; tanto los 4.000 alumnos matriculados en la Universidad Loyola que amplia y consolida su oferta de calidad, y la efemérides de la celebración cincuentenaria de la Universidad de Córdoba, referente en muchas áreas de investigación y docencia con esa apertura de curso presidida por el Jefe del Estado. Y este fín de semana, la Noche Europea de los Investigadores entra en su décima edición, y desde el corazón de más de 20 patios y otros recintos pintorescos, la ciencia se divulga y se hace cercana en pequeños grupos en que los investigadores comparten con la ciudadanía sus horas interminables de estudios y trabajo en materias muy diversas. Entre otras muchas efemérides musicales, académicas o de otra índole.

Visto con perspectiva, uno se maravilla de la tremenda oferta que se pone a nuestra disposición, desde diversas instancias y administraciones, básicamente para alimentar nuestro espíritu y fortalecer nuestro conocimiento, para desarrollar el sentido crítico y la opinión fundada y propia. En la era de la confusión, de la información exprés, del bulo generalizado, el otoño con este preludio del conocimiento nos empapa frente a la barbarie del pensamiento único, de la manipulación de masas, del uso de la fuerza, de los fundamentalismos talibanes de todo signo. Uno de los problemas de nuestro siglo no es tanto el enfrentamiento de ideologías por el poder, que se arrastra de tiempos pretéritos aunque los medios hoy sean más sutiles, sino la lucha entre el relativismo y la verdad, entre la ignorancia y el conocimiento, entre la barbarie y la cultura. Ojalá esta siembra intensa del pensamiento y la creación, anide en los surcos de nuestra tierra y germinen figuras que nos sirvan de ejemplo y referente en un horizonte mejor para todos.

* Abogado y mediador