El pasado mes de mayo se conoció la demanda de Epic Games (Fortnite) contra Apple, y la contrademanda planteada por Apple. Hace unos días, la jueza Yvonne González Rogers, de la jurisdicción estatal de California, ha dictado sentencia: si bien ha sido recogida por Apple como una victoria, parece que abre la puerta a novedades relevantes en el actual -y muy lucrativo- modelo de negocio de la App Store, que todos nosotros utilizamos. Epic Games ya ha presentado una apelación, no conforme con el resultado.

Conviene destacar la rapidez judicial -impensable en España en un caso de esta complejidad- y la adecuada interpretación de lo dictaminado. Como ha destacado Herbert Hovenkamp, maestro en el ámbito de las leyes antitrust, la demanda de Epic Games se basaba en la Ley de Competencia Desleal del estado de California, lo cual introduce muchas dudas con respecto al alcance de la aplicación del dictamen judicial.

La jueza establece que Epic Games incumplió su contrato con Apple, y la ha obligado a pagar 6 millones de dólares en función de los ingresos obtenidos a través de la App Store mientras se dirimía la materia en cuestión. Pero también insiste en permitir otros sistemas de pago. Y aquí está la madre del cordero: la App Store que todos conocemos es una mina de oro, un negocio que proporciona a Apple unos ingresos anuales de casi 20.000 millones de dólares. Como señala ‘The Verge’, «la mayor parte de la facturación de la App Store procede de los juegos. Los juegos representan aproximadamente el 70 por ciento de los ingresos de toda la App Store, y el 98 por ciento de los ingresos por compras dentro de las aplicaciones. La App Store es una tienda de juegos, y más concretamente, es una tienda de juegos masivos y gratuitos que obtienen casi todo su dinero de los artículos dentro de la aplicación».

Hay una demanda similar de Epic Games contra Google a cuenta de su conducta anticompetitiva por las condiciones de uso de la Google Play Store. Si en el caso de Apple la demanda piensa en el mercado de dispositivos que utilizan iOS, en el caso de Google lo hace en los que utilizan Android. Parece razonable que Epic Games se revuelva contra las leoninas cláusulas de Apple y Google, pero no es menos cierto que su éxito se ha beneficiado de la enorme inversión que han hecho estos gigantes al crear sus plataformas de descarga y pago, donde conectan los desarrolladores y sus clientes. Un asunto complejo que va mucho más allá de la tecnología.

* Economista @ebpal