Están preparando en la tele un homenaje a Miguel Vargas ‘Bambino’, para mí el artista más peculiar que ha dado esta tierra, pero que, paradójicamente, tanto tiempo estuvo olvidado por nosotros mismos. ¿Saben por qué? Porque a nuestro país en los noventa le recorrió una corriente antirumbera flamenca contra natura, súper cateta y complejosa, aupada por esa estupidez que ingirió la juventud que creía que sería menos moderna si seguía dando categoría a esos músicos llamados despectivamente «nonainos». Y así, el gran Bambino, pero también Las Grecas, Dolores Vargas, Los Chichos..., fueron escondidos en un cajón aun cuando tenían una calidad insuperable. A Camarón no pudo pasarle eso porque practicaba flamenco más añejo y esto siempre tuvo su minoría de público y sobre todo porque el pueblo gitano al elevarlo a categoría de dios despertó la curiosidad de los gentiles. En dicha década para ser artista rumbero y no ser repudiado tenías que cantar con dejes carnavalescos y, por tanto, no flamencos, además de ponerte un jersey por los hombros, un pantalón Levis Strauss y una camisa del caballito. Y así triunfaron grupos y artistas cantando rumbas sin flamencura ninguna, mientras Bambino todo esto lo contemplaba nostálgico y dolido. ¡Qué coraje que este homenaje no se lo hubieran hecho vivo! Yo, soberbia aparte, siempre lo tuve presente en los noventa, porque durante mi época universitaria tenía mi grupo y siempre cantaba por él cuando nadie, al menos en Córdoba, lo hacía: Procuro olvidarte, Mi amigo, Mi amor es mío, No me des guerra, Miedo…. Recuerdo con mucho cariño aquellos días del Rastrillo de Nuevo Futuro y Adevida donde tan buenos ratos pasé gracias a que los matrimonios que lo organizaban también eran forofos del rumbero universal. Que ahora quieran hacerle memoria no me parece mal, pero nos queda la rabia de que un mago de la música acabara sus días no muy bien económicamente y con un brillante pasado desechado. Pero para más gloria de este artista, lo que la gente no sabe es que Bambino, con todo lo que ganó, acabó sin jurdó porque no miraba el dinero para sí y encima durante su reinado madrileño de los setenta, con sus compañeros se portaba como un padre. Que Julio iglesias o Raphael estén encumbrados y Bambino a muchos ni siquiera les suene me achicharra el alma; sepan también que hasta la chaqueta al hombro de Rafael fue copiada de Bambino, y Raphael rico y nuestro Bambino murió, como decimos los flamencos, «enmayaico». Ahora le van hacer un homenaje en la tele. Ya que muchas y muchos lo vais a escuchar por primera vez, cuando echen el programa ese, relájense y disfruten porque están ante el mejor artista de la rumba que ha dado el mundo entero. 

* Abogado