La pandemia nos trajo el teletrabajo y parece ser que una vez que ésta ha aflojado la presión, volver a trabajar al puesto de trabajo de siempre está siendo la tónica general en este septiembre de como en la canción «y volver, volver, volver». En Córdoba, según los priostes empresariales y laborales no hay datos empíricos sobre el asunto, pero la sensación es que la mayoría de los trabajadores están volviendo a su mesa o banco de trabajo en las empresas. El debate está servido y es que sería un error no analizar y aprovechar esta nueva experiencia laboral mayoritaria en la que se ha convertido durante la pandemia el teletrabajo. Este genera filias y fobias desde los trabajadores y empresarios y ha sido objeto de estudios de índole psicológica y sociológica. Y como todo en la vida tiene sus ventajas e inconvenientes, pero lo que sí está claro es que se tienen datos suficientes como para plantear un sistema laboral mixto que conjugue la presencialidad y trabajar desde casa. Por supuesto, que hay actividades profesionales y/o laborales que no tienen más remedio que acudir al tajo, pero sí que el estado de alarma ha demostrado que hay otras muchas que sí admitirían un sistema mixto de trabajo. Es ahora, antes de que volvamos a acostumbrarnos a la rutina de la presencialidad y desmontemos las infraestructuras domésticas que se habían implantado para teletrabajar, cuando habría de abordar la implantación del nuevo sistema mixto. Ya debería de existir un estudio serio en Córdoba sobre la implementación de esta nueva modalidad mixta de trabajo. Es cierto que corresponde a cada empresa y sus trabajadores, y a cada profesional tener la última palabra sobre este asunto, pero es necesario tener elementos de juicio para tomar la decisión. Esperemos que a quien le corresponda tome nota y se ponga a analizar y asesorar sobre lo más conveniente: presencialidad, teletrabajo o ambos en un mismo modelo.