Que todavía hoy día vivimos en una sociedad machista creo que no lo duda nadie y, por si acaso alguien lo hacía, los Juegos Olímpicos que se están disputando actualmente nos están dejando muchas muestras de ello, sobre todo y lamento decirlo, de compañeros de profesión.

Noticias en medios de comunicación deportivos que me dan vergüenza ajena y también, lo confieso, mucha rabia, impotencia e indignación, como mujer y como periodista, porque se siga despreciando a la mujer y valorándola, si es que se la valora, únicamente por el hombre que haya tenido o tenga al lado.

Seguramente habrán visto en los últimos días titulares del tipo: «El punto de Pedri contra una olímpica española de tenis de mesa» o el más repugnante: «El triunfo de Paula Badosa en los Juegos Olímpicos, la tenista a la que Broncano le metió punto, set y partido». ¿Perdón? ¿En serio no había un titular mejor? Me da que a ningún periodista deportivo se le ocurriría decir: «El marido de Pilar Rubio mete el gol de la victoria» o similar.

El ninguneo hacia la mujer llega ya a límites de ni siquiera nombrarla cuando ha conseguido un triunfo olímpico. Increíble y lamentable. Lo bueno de todo esto es que tanto la olímpica María Xiao como Broncano han respondido a estos titulares con indignación y poniendo la cara colorada a quienes los escribieron.

Pero echo en falta que más gente como ellos y otros compañeros de profesión afeen estas conductas y estos titulares consentidos por los responsables de estos medios de comunicación. Me enfada además porque no todos los medios deportivos son así y muchos, y pongo de ejemplo a los compañeros de esta casa, se esfuerzan cada día por hacer un periodismo digno, honesto, que valora a la mujer por sus méritos y ni se asoma al machismo. Pero cuando aparecen los otros, al final meten a todos en el mismo saco y es injusto.

Por desgracia, los titulares sensacionalistas están a la orden del día y el machismo no ha desaparecido. Si no que se lo digan a la selección femenina de balonmano de playa de Noruega, que se ha enfrentado contra la normativa retrógrada que obliga a las mujeres a jugar con unos bikinis minúsculos. Ole por ellas y por Simone Biles, que ha puesto el foco en la importancia de la salud mental. El machismo no ha desaparecido, pero las voces que surgen en su contra son una esperanza para el cambio.