Turista extranjero estúpido, insensato. Cada año, en España se recibe un surtido variado de guiripollas. El muestrario se puede dividir en tres categorías: el guiripollas básico es, por ejemplo, el extranjero que se pasea en cualquier estación del año calzando sandalias con calcetines; el guiripollas médium es, por ejemplo, el extranjero que, creyendo que se va a agotar el sol, no se mueve de la tumbona de la playa hasta que su piel adquiere ese color rojizo cangrejo tan característico en epidermis blancas como la leche; y, por último, está el guiripollas premium, que es, por ejemplo, el extranjero que, creyendo que se va a terminar la cerveza y el alcohol, no para de ingerir bebida hasta agarrar una espectacular borrachera que le animara a intentar darse un baño, a las tres de la mañana, en la piscina del hotel lanzándose desde la terraza de su habitación en la cuarta planta del edificio.