¿Prometes, en la salud y la enfermedad, dejarte pinchar una o dos extra cuando llegue el otoño? ¿Y si te confirman que serán tres, cada dos meses y durante, en principio y como poco, cuatro años? Supongo que estás al día en lo referente a la nueva ley de Crueldad Ciudadana. ¿Vas a mostrarte igualmente pasivo a la hora de abrir tus puertas y ver cómo desarticulan tus ilusiones, «movilizándote» (cito textualmente) si el Régimen lo precisa? ¿Vestirás tu mascarilla por los meses de los años, imperecedera y religiosamente? ¿Te ves con fuerzas para seguir esquivando a todo infiel desenmascarado callejero? (Recuerda la consigna del Régimen: no llevar bozal en plena canícula equivale matemática y científicamente a ser portador de la más contagiosa y dañina cepa). ¿Introducirás unas cuantas chinas y cáscaras de pipas en el interior de tus zapatos como penitencia, ahora que aprieta el calor en este valle de lágrimas del Guadalquivir, como sugiere el 20º Concilio Sádico de los Expertos? ¿Y tú, periodista de rigor? ¿Juras sacrificar la verdad de los hechos en favor del Santo Decreto? ¿Juras exagerar y oscurecer cualquier accidente o disidencia, respectivamente, a discreción? En definitiva, ¡española!: ¿Juras o prometes seguir tragando bollería industrial autorizada por la Agencia Estatal del Envenenamiento, benceno, plomo, gel hidroalcohólico made in PCR, mercurio y glifosato para alcanzar la prevista muerte por cáncer, desposeída de todo bien y libertad, con una sonrisa bajo el bozal? Qué aguante. Mereces el título de «Ciudadana ejemplar». Claro que sí. Solicítalo muy pronto, mientras rebuscas en la basura, previo abono de la oportuna tasa, y recíbelo tarde, o mejor post mortem, que es cuando más luce y se agradece todo en España (pídelo ahora y te regalamos una foto inédita de los misteriosos rostros de los «expertos»). ¿A que te lo has creído (lo de la foto)? Buena gente eres... Cago en la mar.

** Escritor