¿Redactó la frase algún afamado ‘spin doctor’ o fue una ocurrencia del propio Pablo Casado? ¿Ensayó el discurso frente al espejo del lavabo? Emulando su célebre retrato en blanco y negro de principios de la pandemia: nudillos anclados a la encimera, ceño fruncido, mirada preocupada, ensimismado entonces en los efectos perniciosos del virus. En esta ocasión, la expresión de Casado quizá tenía el halo del héroe, del audaz: ¡Dejadme solo! ¡Voy a anunciar la verdad de la Guerra Civil! «La Guerra Civil fue el enfrentamiento entre quienes querían la democracia sin ley y quienes querían la ley sin democracia», dijo el atrevido. El indocto. No hubo conflicto entre ley y democracia en 1936, hubo un golpe de Estado que derivó en una guerra sangrienta y una cruenta dictadura. Un levantamiento militar que arrasó con la legalidad, que se alargó innecesariamente para aniquilar al oponente y un dictador desalmado, que no tuvo atisbo de humanidad con los vencidos. Eso fue la Guerra Civil. En muy poca estima tiene Pablo Casado la democracia cuando se atreve a denigrar su valor. A su desvarío solo cabe agradecer la luz que arroja sobre el personaje. Este es su grado de veracidad y el rasero de su moral.

*Escritora