A prueba de mudanzas y cambios en la sociedad hispana una nota permanece firme en vanguardia de tests y encuestas. La Guardia Civil, creada en 1844 por el Mariscal de Campo Francisco Javier Girón, duque de Ahumada y descendiente directo por vía materna del Emperador inca Moctezuma, es la institución en su género más valorada por nuestros conciudadanos.

Lástima grande, pues, que la Generalitat haya dispuesto relegar al puesto postrero a la Benemérita en el proceso de vacunación que tan desastradamente se lleva a cabo en una de las Autonomías económica y socialmente a la cabeza del país. Para mayor agravio, conforme es bien sabido, los Mossos d’Esquadra ocuparon, según estaba muy puesto en razón, un lugar prioritario en dicha campaña sanitaria.

Ante tan alevosa decisión solo cabe el repudio más absoluto y la queja más sentida. Los muchos servicios prestados desde ha casi dos siglos por la Guardia Civil al venerable Principado no merecían, desde luego, tal pago. A partir de su nacimiento, sus unidades lucharon sin cuartel contra el bandolerismo, plaga que por entonces se encontraba ya muy extendida por tierras catalanas, al igual que en el resto de una nación, adentrada a trancas y barrancas por los caminos de una incipiente modernización. El carlismo, con ancho eco y distribución en el Principado decimonónico, figuró también entre sus principales objetivos en su etapa inaugural. Dada la generalizada ignorancia cultural de nuestras elites políticas no resulta sorprendente en este punto un singular fenómeno de la actualidad. Los denostadores más ardidos del Procés, a cuyos dirigentes acusan de ser herederos directos dels matiners y demás banderías carlistas ochocentistas, desconocen por entero el hecho señalado. De saberlo, es probable que dichos líderes proclamasen con la mayor fuerza su admiración por el Instituto armado…

Para colmar vacíos y huecos lamentables en la ajustada reconstrucción de dichas circunstancias y de todas las relacionadas con los primeros pasos de la Benemérita por nuestro pasado, es harto seguro que la mejor guía sea la reciente obra del general pontevedrés Eduardo Martínez Viqueira: Hombres de honor. El Duque de Ahumada y la fundación de la Guardia Civil (Madrid, 2019). Como ha sucedido con la mayor parte de los libros aparecidos durante el último bienio, su audiencia ha estado muy por debajo de las legítimas expectativas que despertara su salida al público. No obstante sus altos valores de solidez documental, buido análisis, destacada objetividad y amena escritura garantizan una lectura provechosa y fruitiva. El muy amplio sector de la población española empático con la actuación cuotidiana de la Guardia Civil en los campos y ciudades de España -penosa excepción navarra…- contraerá una deuda de notable gratitud con un integrante del Cuerpo y ya miembro ilustre de la Academia con la obra que fuese primitivamente una sobresaliente tesis doctoral, dirigida por el Prof. Emilio de Diego y defendida en lugar muy próximo al alumbramiento de «Podemos»….

*Catedrático