Vivimos en mundo en el que la forma parece que siempre le gana al contenido. Vemos la batalla desarrollándose, con furia e impaciencia, y sabemos que al final, por muy reñida que parezca la pelea, la forma tiende a salir vencedora en una guerra en la que perdemos todos. Me gustaría poder responsabilizar del cinismo de mis palabras a una preferencia personal, un gusto quisquilloso y snob, o decir que exagero, que no es para tanto. Pero es más bien un realismo nada mágico, una contagiosa practicidad a conjunto con la edad que una tiene, lo que me lleva a pasar página con parsimonia y sacudirme la decepción que, inevitablemente, termino acumulando a pesar de mi buen juicio.

Pero aún perdidos entre la niebla de lo mediocre, que parece extenderse sin control por los territorios del entretenimiento, podemos encontrar inesperados estallidos de genialidad que la dispersan de golpe, evitando el adormecimiento de los sentidos, el desvanecimiento del ‘yo’ crítico, y a veces, sí, criticón. Pequeñas joyas que nos recuerdan qué veníamos buscando cuando encendimos el televisor, cuando quisimos acallar el atronador silencio de la propia existencia. Y pocas cosas han estallado con tanto garbo en la era moderna de la ficción como The Great, serie de televisión de Hulu sobre Catalina la Grande, emperatriz de Rusia.

Protagonizada por una exquisita Elle Fanning y un ciertamente genial Nicholas Hoult, The Great cuenta la historia de una jovencísima Catalina que, recién llegada a la corte rusa, debe enfrentarse a la realidad de su situación y deshacerse de los ideales románticos que la llevaron a aceptar la mano del completo desconocido que habría de ser su marido. Catalina, enamorada de Rusia, aprende a lidiar con nobles y cortesanos y el desequilibrado de su marido, convirtiéndose en el personaje complicado, divertido, sorprendente y decidido. Comedia, drama histórico, romance, sátira. El guion juega con las expectativas narrativas del espectador mezclando estilos, texturas y modismos, y resulta imposible definir esta serie. Y, así, lo único que uno puede decir de The Great es que es, simple y llanamente, genial.