El ceutí Luis María Cazorla es jurista de plurales saberes y ocupaciones. Generalmente en grado de excelencia cultiva los más variados géneros literarios desde el ensayo de alto coturno hasta el alumbramiento de cuentos de subido interés y fuerte carga emocional, con prolongada parada y fonda en el campo de la monografía especializada, el artículo erudito y, de manera muy particular e intensa, la novela histórica. Modalidad esta última, conforme es harto sabido, comúnmente deturpada, convertida, como se lamentara el egregio medievalista D. Claudio Sánchez Albornoz, en dehesa de concejo a todo el mundo abierta. En el autor de La ciudad del Lucus el relato narrativo es casi invariablemente cauce expresivo para la reconstrucción veraz, al tiempo que imaginativa en ciertos lances y personajes, de episodios destacados o sobresalientes de la centuria pasada, con singular incidencia en el que fuese durante casi medio siglo Protectorado español del norte de África.

Últimos sucesos han devuelto actualidad y gravedad sumas a las relaciones de ordinario taraceadas del reino Alauita y España. Sus orígenes inmediatos imantaron casi en su adolescencia la curiosidad del reputado alto funcionario, nacido justamente en Larache en días de bonanza y esperanza de la presencia hispana en el Magreb contemporáneo. Asentado en una firme posición profesional en un Madrid tan bien amado como envidiablemente conocido en su trayectoria más reciente, el catedrático y letrado de las Cortes Generales ha consagrado muchas horas de su andadura más próxima a la evocación novelística de su región natal, en el marco del tensionado y ocasional diálogo y la habitual pugna bélica y diplomática entre nuestro país y el Marruecos de los últimos soberanos alauitas. Ya Ortega habló en su tiempo de cómo esta dialéctica guerrera hizo del «Ejército de África» un «puño cerrado para la acción», con clara referencia al decisivo papel representado por este en la instauración de las dos dictaduras militares del novecientos hispano.

Harto consciente del protagonismo esencial de las tropas forjadas en el yunque magrebí de las décadas iniciales del siglo XX, el escritor larachense reconstruye en sus diversos textos una historia en que fantasía y realidad se entreveran con dominio consumado de la técnica novelística más avanzada y la acribia historiográfica más cincelada. En vísperas del centenario de la tragedia de Annual, del friso construido con celo benedictino y pulsión creadora en obras tales como La ciudad del Lucus, El general Silvestre y la sombra del Raisuni y Las semillas de Annual no puede por menos de aconsejarse su morosa lectura, como seguro instrumento para enfrentarse con esclarecedora y amena guía en el enmarañado conocimiento de un capítulo de trascendencia extrema para la sociedad hispana del más candente hoy.

*Catedrático