El rendimiento de una Feria Internacional del Turismo (Fitur) celebrada en mayo en lugar de en su habitual cita de enero no podrá ser el mismo. Menos aforo, menos presencia internacional y una fecha demasiado avanzada para vender la oferta de verano son dificultades añadidas por la pandemia, aunque solo el símbolo de normalidad y de reactivación que implica el certamen ha merecido la pena. España promociona su impresionante y cualificada capacidad turística, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba el viernes desde Ifema que el país se abre ya al mundo. Si, como todo apunta por el ritmo de vacunación, el coronavirus se sigue replegando, va acercándose el momento de que el sector empiece a funcionar tras más de un año de completo hundimiento.

Córdoba ha participado con entusiasmo en Fitur. Ha habido algo de polémica al separarse la capital de la provincia en dos expositores diferentes, justificada por el gobierno local en que los empresarios lo han reclamado, pero luego la presencia en la feria se ha desarrollado bien. La capital lleva como punta de lanza la imagen de los patios en su centenario -ya hay otro icono reconocible por el gran público además de la Mezquita-Catedral-, y la provincia su oferta de turismo rural, de experiencias y de la naturaleza. Las declaraciones de la Unesco y la gastronomía son otros puntos fuertes promocionados en la feria, a la que Córdoba ha concurrido con una baza importante: el buen balance de la celebración del Concurso de Patios, la primera gran fiesta popular que se ha celebrado en España desde que en marzo del 2020 comenzara el confinamiento por el covid.

Córdoba ha conseguido una celebración que no ha disparado los contagios, que ha puesto a prueba la capacidad de organizar a multitudes manteniendo las medidas de seguridad y que se ha visto en toda España como un ejemplo. No todo fue perfecto, y en las calles se vieron algunos excesos, pero el mensaje en su conjunto es positivo para trasladar la idea de turismo seguro por la que apuestan tanto el Ayuntamiento como la Diputación. Ese es también el mensaje con el que la Junta de Andalucía quiere captar visitantes. El vicepresidente y titular de Turismo, Juan Marín, auguró la llegada de 9 millones de turistas a Andalucía en verano. Una estimación buena, aunque la recuperación del sector todavía será lenta, pues hay que evitar más transmisión del covid-19 y de sus nuevas variantes.

El verano es temporada baja en Córdoba, pero en los últimos años previos a la pandemia las cifras en los meses de más calor iban subiendo. Nada impide que nuestra capital sea un destino urbano apetecible en julio y agosto, y la provincia, que ha visto un importante despegue del turismo rural, puede también beneficiarse del deseo de vacaciones seguras de los visitantes. Cuidar al extremo estos aspectos, seguir implementando mejoras tecnológicas que faciliten la difusión de la oferta, la contratación y el control de la seguridad contribuirán a estos objetivos. El balance del escaparate de Fitur se comprobará en los próximos meses, tanto en verano como en un otoño que se anuncia prometedor.