Cinco años han pasado comentando cada mes las cifras de paro de nuestra provincia, algunas alentadoras, pero la mayoría negativas, porque los cimientos en los que se basa nuestra economía provincial son de barro y no de cemento como debieran.

Óliver y Antonio nacieron en este periodo y las perspectivas que tienen es que serán trabajadores del sector servicios o agrícolas concatenando contratos precarios, o bien si terminan sus estudios universitarios, se tendrán que ir de su ciudad para poder ejercer en aquello para lo que estudiaron. Ésta es la triste realidad de nuestra provincia, y no tiene visos de cambiar porque nadie hace nada por cambiarla, a pesar de discursos rimbombantes, firmas de convenios, acuerdos de todo tipo, maquetas, etc...

La visión cortoplacista de nuestros mandatarios políticos, una clase empresarial que solo busca el beneficio fácil cuando no las subvenciones, una economía sumergida desbocada y, todo hay que decirlo, la desidia de la clase trabajadora, dibujan el panorama laboral cordobés.

La prueba es que ahora tenemos 3.000 parados más que hace cinco años, y le podremos echar la culpa a la pandemia, que la tiene, pero también tenemos que mirar que nunca hemos bajado del 90% de temporalidad en los contratos, que prácticamente se crean las mismas empresas que se destruyen, que estamos perdiendo población a un ritmo más que preocupante, que nuestro tejido industrial desaparece y al que nos queda lo ponemos en cuestión (léase Cosmos) y en definitiva, que somos una de las provincias más pobres de Europa donde ya alcanzamos el 30% de pobreza infantil y no se hace nada por evitarlo, solo poner parches sin atacar la raíz de los problemas que no es otra que la desigualdad y, por ende, la injusticia.

Han pasado muchos proyectos ilusionantes por delante de nuestros ojos y los hemos dejado ir; esperemos que la Base Logística del Ejército de Tierra (la mejor noticia en décadas) empiece a cambiar estas dinámicas, ya que si se aprovecha bien debería suponer una auténtica revolución en nuestra provincia por lo que debe representar en materia industrial, desarrollo tecnológico y laboral. No solo por la base en sí, sino por todas las empresas auxiliares que necesitará y que deberían crear el embrión industrial a partir del cual crecer y dejar atrás todos los vicios de nuestra economía provincial.

Solo así, Óliver y Antonio tendrán un futuro viable en su ciudad y podrán desarrollarse sin tener que ser casi esclavos en sus trabajos, o tener que exiliarse para poder desarrollar sus habilidades en otros lugares.

Por cierto, para los que tengan curiosidad, Óliver y Antonio son mis nietos y la gran ilusión con la que afronto esta nueva etapa de descanso laboral. Gracias a todos los compañeros y compañeras que me han acompañado durante estos años como responsable de Empleo y Formación de UGT Córdoba.

* Exsecretario de Formación y Empleo de UGT Córdoba