Cuando estudio, casi todas las respuestas están en el derecho Romano. Con el castellano pasa lo mismo. Siempre se puede expresar una idea de manera «inclusiva», pero sin hacer el ridículo espantoso de la ministra Montero. Hombre si era para llamar la atención, vale. Ese discurso «desdoblativo» de sujetos, adjetivos y adverbios absurdos, amén del patadón lingüístico, es tan agotador para el que habla como cansino para el que escucha.

No me imagino haciendo un informe final en un juicio en el que tuviera que decir «Señoría (¿O Señorie? ¡vete tú a saber de que género se siente su Señoría!), solicito que los acusados, acusadas, acusades, sean absueltos, absueltas, absueltes». Y es que nuestra lengua tiene recursos suficientes como para no incurrir en estas atrocidades y además respetar a las personas que sean «no binarias», «queer» o de «género no conforme», con lenguaje inclusivo con el que estén cómodos. Bastaba con decir en vez de «niñes», «nuestros menores». La diversidad es tan amplía que ni siquiera poniendo una «e» puede llegar a ser suficiente, o ¿vamos a seguir añadiendo vocales cuando haya alguien que se sienta «tercer género», «género fluido», «dos espíritus», «pangénero» y/o «agénero», cada uno con sus propias inflexiones de significado? ¿vamos a añadir luego la «i» y más tarde la «u», desdoblándonos hasta el infinito? ¿Queremos acabar con la discriminacion que las mujeres sufrimos? Pues empiece por los baños de los sitios públicos, Ministra. ¡Binarios a tope y con cartelitos sexistas muy, muy carcas!

Eso sí, los aseos destinados al género femenino siempre son los que se desdoblan y comparten el uso con personas con discapacidad de cualquier género... ¿Sabe alguien porqué? Supongo que al señor inválido que entra en el baño del icono con faldita, o con muñequita folclórica (junto al icono de la silla de ruedas) le sabe tan mal como a mi ver que el baño de enfrente, el de ellos, es el exclusivo... ¿Será porque el género masculino clásico siempre ensucia la tapa? No se, pero ahora tenemos otro problema.

Los no binarios querrán su aseo, estoy segura, como yo quiero el mío y sin compartirlo con otro género. Así que o «todes», con o sin discapacidad, compartimos el mismo baño. «Puchero para todos».

O Ministra, vaya preparando la reforma del desdoblamiento de baños para «ellas», «ellos» y «elles», con y sin discapacidad. ¡Que lo estoy viendo venir! El icono de «elles» (no quiero ni imaginarlo) en el baño del grupo mixto de la peineta y la silla de ruedas. Y le advierto que por ahí no pasamos ninguno de los del grupo.