El pasado 4 de febrero, Córdoba recibió una buena noticia: había sido seleccionada para acoger el Proyecto Tecnológico de la Base Logística del Ejército de Tierra. Se trata de un complejo que servirá para el acopio, almacenaje y distribución, además del mantenimiento y arreglo, de material del Ejército. Es un hito relevante no solo para la ciudad, sino también para la provincia que se ha conseguido con un importante esfuerzo por parte de distintas instituciones locales, regionales y autonómicas, incluyendo la Universidad de Córdoba. Independientemente de polémicas, Córdoba tiene una ventaja comparativa no imitable: su ubicación geográfica. Estar muy en el centro de Andalucía, ya fue una de las claves para su desarrollo en tiempos de los romanos o árabes. A continuación, y una vez conseguido, podemos preguntarnos por qué es tan importante, si bien lo más relevante es que estas mismas instituciones reflexionen y se pregunten qué hay que hacer para aprovechar realmente la oportunidad desde el punto de vista económico.

La provincia de Córdoba supone, aproximadamente, el 8,5% del PIB andaluz, estando conformado su propio PIB en casi un 80% por el sector servicios, con una gran dependencia económica del turismo, como ya sabemos. Esto es negativo en el sentido de la estacionalidad que tiene el empleo, es decir, con picos de desempleo muy elevados fuera de la temporada turística, cuestión que ha sido agravada por el efecto de la pandemia. Así, en diciembre del año pasado nuestra tasa de paro se situaba en el 23,7% un punto por encima de la andaluza, a lo que se une una tasa de actividad baja. Además, no somos un polo de atracción de población, es decir, no hay dinamismo económico que atraiga a personas a vivir a nuestra provincia, e incluso se está perdiendo población en las zonas rurales. Concretamente, el pasado año, 55 municipios de 77 redujeron su número de habitantes. Con este panorama, la Base Logística, según estimaciones de las autoridades locales, traerá una inyección de 350 millones de euros y la generación de unos 1.600 puestos de trabajo directos, materializándose el proyecto en tres años. Solamente esto va a suponer un importante revulsivo económico. Estos empleos tendrán un carácter estable y se requerirá bastante personal cualificado, lo que supondrá una mejora de la renta y una reducción de la tasa de desempleo que se dejará ver en muy corto plazo. A lo que también ayudarán los 800 militares que también pasarán a trabajar en la Base. Aunque no habrá que perder de vista el potencial incremento de los precios de la vivienda en la ciudad de Córdoba, donde ya existen anomalías en este mercado y unos precios relativamente elevados para el nivel de renta existente.

Por tanto, podemos estar seguros de que nos va a beneficiar sí o sí. Ahora bien, nos podemos quedar en lo anterior o pasar a convertir a Córdoba en un referente logístico que atraiga mucha más inversión. Por un lado, tendremos todas las empresas que vendrán atraídas por la Base, es decir, todas aquellas que puedan prestar servicios o producir bienes vinculados con los requerimientos y necesidades del Ejercito. Aquí se dibuja una gran oportunidad, que aumentará con las supuestas mejoras de las infraestructuras de comunicaciones debido a la Base. Por otro lado, el hecho de que Córdoba sea vista como un potencial centro logístico puede provocar que empresas de distintos sectores, ya sean de carácter exclusivamente logístico o de venta de productos que necesitan este tipo de centros para operar, se planteen y realicen proyectos en la provincia, lo que de nuevo hará que se atraiga más población y mejores rentas.

Sin embargo, si a una empresa no se le facilita su implantación y crecimiento es difícil que se ubique en un territorio, es decir, las autoridades locales y autonómicas tendrán que brindar un marco impositivo y burocrático algo más amigable que el actual. Se tienen que bajar aquellos impuestos que no dependan del Estado nacional; el IBI en Córdoba ciudad es elevado, por ejemplo, y hemos de aprender que en este tipo de situaciones el número de empresas atraídas puede compensar sobradamente la rebaja impositiva. Igualmente, se debe ser capaz de ser ágil en la tramitación y gestión del papeleo, una empresa no puede esperar una licencia durante un año, y sobre todo y ante todo no asfixiar con burocracia a los emprendedores. Cualquier administración pública está para ayudar e incentivar, no para poner trabas y obstáculos, en muchas ocasiones insalvables, a las personas que realmente quieren emprender.

* Profesora de Economía financiera. Universidad de Córdoba