Últimamente todas las personas a mi alrededor me preguntan con especial insistencia (y algunas con sorna): «¿Vas a ir a la manifestación del 8M?» Mi respuesta: «No (rotundo)». Por mucho que años anteriores me haya lanzado a parar el tráfico para hacer paso a la cabeza de la manifestación feminista y la haya encabezado e independientemente de que mis condiciones físicas (las de una enferma crónica con varias enfermedades raras, paciente de riesgo) no sean las más adecuadas para estar mucho tiempo de pie y rodeada de gente, creo que no es momento de manifestaciones, aunque se me parta un poco el corazoncito y me sienta rara y con un extraño cargo de conciencia ese día.

Respeto tremendamente a las hermanas y compañeras que han decidido tomar las calles y recurrir el dictamen de la delegación de Gobierno de Madrid acerca de la prohibición de manifestaciones el 8M por motivos de salud pública. La pandemia no se ha ido. Seguimos en plena tercera ola. Las ucis siguen saturadas. La Semana Santa se acerca. La mayoría no estamos vacunadas. Yo considero que no es el momento.

Eso no quita que no vaya a colgar la bandera feminista en el balcón junto a la correspondiente pancarta. Mi lema de este año será: «Las calles seguirán siendo nuestras». Y lo comentarán las vecinas y se hablará de ello en el barrio. Yo seguiré como siempre, con mi dolor y mis ataques, pero ese día haré huelga a mi manera: no compraré en ningún comercio, no realizaré ninguna labor doméstica, no haré uso de las plataformas digitales (Netflix, etc.) ni de las redes sociales (incluido Whatsapp). Es lo que está al alcance de una feminista enferma como yo.

Creo firmemente que este año toca prudencia para continuar luchando juntas, que es cosa de los 365 días del año 24/7 (y lo cumplo, creedme). No seré más ni menos feminista por no manifestarme este año. Y suscribo el mensaje que nos lanzan desde Mujeres y compañía, librería feminista de referencia de la que soy socia: «Nosotras cada 8 de Marzo hemos hecho huelga y nos hemos lanzado a las calles, que sí, que son nuestras. Nuestra política es diaria y cotidiana y trabajamos todo el año para que esa celebración tenga sentido político. Y también creemos que este año más que nunca tenemos que celebrar la resiliencia y resistencia de las mujeres en el mundo, así que, este año no vamos a salir a las calles». Suscribo cada de sus palabras. Para que haya un #JuntasSeguimos tenemos que seguir aquí.

* Escritora y periodista