En el campo de la lógica matemática, según apuntó Kurt Gödel en 1931, se unen el teorema de la incompletitud con el de indecibilidad. El primero añade que bajo determinadas condiciones ninguna teoría matemática formal que conste de una serie de signos y un conjunto de reglas para manipularlos y combinarlos capaz de describir las características de los números naturales, o en general de la aritmética, con suficiente expresividad puede ser tan consistente como completa. De tal modo que si los axiomas concernidos por ese primer teorema no se contradicen entre sí, existen enunciados que no es posible ni probarlos ni refutarlos a partir de tales axiomas, aunque en esa teoría aritmética el proceso deductivo se pueda efectuar mediante algún algoritmo. Y si una de las resultantes de la citada teoría de la incompletitud afianza la consistencia de la misma, siendo consistente el sistema de axiomas en cuestión, resulta imposible asegurarlo utilizando esos axiomas.

Por otra parte con el advenimiento de la Mecánica cuántica llega el Principio de la incertidumbre, o de Werner Heisenberg, enunciando en 1927 que la mera observación del correspondiente fenómeno físico, de naturaleza y escala atómica, es la causa que lo altera, y en consecuencia el querer establecer la certeza del observador siempre introduce la derivada de la incertidumbre, fenómeno del que realmente no es posible liberarse. Y todo ello relacionado con el epítome de la complementariedad, bajo la clave operativa del azar.

La aplicación de tales conceptos y principios sobrepasan al sector de la física y de las matemáticas modernas, pudiendo abarcar otros ámbitos sociales, como, verbigracia, el referente al campo de la política. Allí donde se producen dialécticas que escapan de la lógica, aun siendo ésta formalizada, pues sus supuestamente concernidos axiomas casi siempre son tan incompletos como inconsistentes. Contradictorios. Y tan improvisados como azarosos. La discusión política implica incertidumbre, máximamente cuanto la fragilidad de la certeza es consecuencia de su mera observación.

* Doctor Ingeniero Agrónomo. Licenciado en Derecho