Al abrir los ojos cada mañana, deberíamos comenzar por ser conscientes del nuevo día que se nos otorga. ¡Seguimos vivos! Luego la tarea continúa, y con ella nuestra capacidad de vivir en paz los acontecimientos que las horas nos deparen. Pero la vida diaria, y en estos tiempos, está repleta de eventos desafortunados que vienen a constituir la base misma de la existencia. Nuestro organismo -Psicólogo, P. Daco- se orienta automáticamente en busca de sensaciones agradables, lo cual conduce a sensaciones de alegría, bienestar, placer... Por otra parte, nuestro organismo intenta también eliminar las situaciones desagradables que amenazan turbar su equilibrio. ¿Cómo eliminar dichas situaciones? Eludiéndolas o destruyéndolas en combate. La emoción es una de las grandes causas perturbadoras ante una situación agradable o desagradable. En la vida diaria las emociones son frecuentes, pero descargarlas es importante, porque de lo contrario revierten sobre nosotros mismos y se tornan nocivas. Muchos de los infartos y otras enfermedades pueden venir dadas por una continua suma de emociones internas Pero nuestro tiempo se caracteriza por las emociones fuertes, el miedo, la angustia... que aumentan el porcentaje de adrenalina en la sangre. Los medios de comunicación colaboran a crearnos constantes alertas: son como los fantasmas de nuestro tiempo. Basta poner en marcha televisión, radio, Diarios, etcétera. para que el fantasma de la pandemia esté ahí, creándonos angustia, ansiedad, etcétera. Creo que habría que desintoxicarse un poco de los medios y vivir con la debida protección, pero sin perder la alegría y esperanza en el futuro que no va a ser mejor ni peor que nos lo quieran pintar. Dependerá de nuestra disposición interior y de nuestra capacidad para separar lo verdaderamente importante, de lo que sólo resulta sensacionalista, perturbador e impulsor de alarmas y emociones. Serenidad, relajación, pensar en positivo y evitar tantas e innecesarias emociones como sufrimos cada día.

*Maestra y escritora