Acabo de saber que la ciudad de Córdoba se proyecta como sede de un magno emplazamiento nacional del Ejército de Tierra. Me alegra saber que la Universidad de Córdoba participará de modo indirecto en el desarrollo de este proyecto porque viene esta pretensión en un momento en que nuestra ciudad se enfrenta a revoluciones tecnológicas y en la que los viejos relatos se desmoronan.

Conviene perseguir y acelerar la implantación de esta gran base logística porque nuestra ciudad se había quedado sin tiempo y esta decisión moldeará, en parte, nuestra visión del mundo que se nos avecina. Me alegra saber que las instituciones cordobesas no han dejado al azar el decidir sobre nuestro futuro.

La Universidad de Córdoba tiene capacidades que aportar al desarrollo de esta iniciativa.

¿Qué puede aportar ?

Desde luego ha ofrecido colaboración, puede facilitar la comunicación entre instituciones y, al mismo tiempo, desde su propia naturaleza puede facilitar la creatividad e iluminar el pensamiento crítico, porque esta ciudad tendrá que habérselas con este cambio, deberá aprender cosas nuevas y mantener en equilibrio mental a los partidos políticos.

Como dice el doctor Librado Carrasco, este proyecto representa una mutación para Córdoba porque se tendrán que cambiar muchas actividades neocorticales.

El cambio que generará este proyecto es nuestra única certeza.

El proyecto representará una ruptura del statu quo y de nuestra decadente estabilidad porque será como empezar de nuevo en esta ciudad.

Me alegra y espero que la Universidad de Córdoba sea capaz de hacer redondear neuronas y reconexionar las sinapsis entre instituciones, fotografíadas en la primera página de este diario, a lo largo del desarrollo de esta iniciativa, porque Córdoba no puede quedar rezagada y quedar enfundada como ciudad fósil en plena pandemia.

El proyecto deseo sea modo de reinventarnos y de constante aprendizaje.

Córdoba se va a encontrar con una nueva industria, con máquinas militares y sus algoritmos inteligentes. Deseo para la prosperidad de este proyecto que la Universidad aporte flexibilidad mental y equilibrio emocional a fin de que todos nos sintamos cómodos ante este desconocido.

La Universidad debe ayudar a mantener el relato de este proyecto en la sociedad cordobesa y extenderlo más allá de nuestras fronteras locales hasta los puertos andaluces del mediterráneo y del atlántico.

Esperemos que la iniciativa no sea pura ficción como otras lo han sido. Con toda seguridad que no es una invención.

Espero que los cimientos de este proyecto sean sólidos y que los solicitantes y participantes se mantengan cohesionados.

* Catedrático emérito de la Universidad de Córdoba