Veo en la televisión los enormes estragos de la borrasca gélida Filomena, y me gratifico de vivir en Córdoba, en donde tan solo hemos sufrido un poco de frío compatible con la luz del sol andaluz.

Y pienso si este clima bendito que tenemos en nuestra ciudad -tan solo extremo en frío un mes en invierno, y en calor un par de meses en verano-, teniendo en cuenta la evolución de la salvajada universal que estamos haciendo con el ecosistema, no podría ofrecer una solución interesante para nuestra ciudad:

¿Por qué no convertir Córdoba en un inmenso geriátrico para pensionistas que quieran disfrutar de nuestro clima y de nuestra cultura, nuestra rica cultura que no debe circunscribirse tan solo a las piedras del pasado?

Me dirán ustedes que para eso está Málaga... Pero allí cuentan con el crecimiento del nivel del mar, y con las gotas frías... Aquí tan solo puede afectarnos negativamente una sequía como las de los años 90, si bien es cierto que desde entonces aquí se ha construido desaforadamente, y de un modo no sé si sostenible... Habría que controlar la sobreexplotación de los acuíferos...

Pero sigamos con nuestro sueño, para salvar una ciudad que se encuentra económicamente inane desde hace tiempo:

Para hacer de nuestra ciudad ese inmenso geriátrico bastaría con remodelar nuestros hospitales, y reconstituir el staff de buenos/as médicos/as y buenas enfermeras/os. Crear una red lo suficientemente potente como para hacer atractiva nuestra hermosa ciudad para quienes quieren disfrutar del clima de Andalucía y las bellezas de su entorno: no solo el casco antiguo de la ciudad, también el de su Sierra.

Y bastaría con educar a los jovencitos para que no dejen perdida de suciedad a nuestra ciudad después de cada juerga. Hace falta sensibilizar socialmente a la juventud, enseñarles a cuidar el ecosistema para que no tengan luego los operarios de Sadeco que recoger diariamente sus residuos. Y para que no tengan que limpiar los que dejan también los domingueros, que cubren de plásticos y restos nuestra hermosa Sierra, que cantara tan bellamente Ricardo Molina.

Es un problema de educación y concienciación en el civismo: civismo y ecología, que deberían enseñarse en las aulas desde pequeñitos.

Y sin embargo Sadeco reduce los puntos de recogida de basuras en la zona del Brillante, y además con recogidas más esporádicas... La basura nos comerá a este paso.

Y hablando de jóvenes: ¿por qué el Gobierno no recupera a nuestros jóvenes cerebros que tanto nos ha costado educar en nuestras universidades, que son espléndidas aunque no estén en los engañosos rankings internacionales? Jóvenes que serán los que en el futuro, con su formación y su valía, tendrán que sostener a nuestros mayores. (No creo que los migrantes vayan a tener capacidad de hacerlo).

Así que enlazo con lo que decía al principio: podríamos hacer una Córdoba hermosa, incluso rica, si atraemos a los mayores de otras zonas del país. Y a la vez podríamos encontrar una salida profesional para nuestros mejores jóvenes, atenazados por un tremendo paro, un paro que no comprendo cómo no avergüenza a nuestros políticos... políticos jóvenes.