Aquel 10 de marzo, las métricas echaron humo. El medidor de usuarios y páginas vistas de la edición digital se desbordó en Diario CÓRDOBA. Ya aquella misma jornada se había desperezado con el cambio de placas de Foro Romano y la avenida del Flamenco que, nueve meses después de ser rebautizadas oficialmente en letreros y membretes, volvían a ser las Cruz Conde y Vallellano de toda la vida en un regreso exprés a los orígenes. Es más, los dígitos de visitas y lecturas en la web habían engordado ese martes al conocerse la elección de Juan Sabas por parte del Córdoba CF para dirigir al equipo blanquiverde tras la destitución de Raúl Agné, nombres ya a estas alturas engullidos por (digamos) unos resultados insuficientes. Pero hubo aquel día un antes y un después, como lo habría ya para todo el año, quizás (seguro) para toda nuestra vida. «Confirmado el primer caso de coronavirus en Córdoba», publicamos a la vez que lanzábamos una alerta que sacudió a miles de lectores. El covid, que llevaba días llamando a las puertas de la provincia -por entonces Andalucía sumaba ya 73 casos positivos-, se instalaba en nuestras vidas. Ya nada sería igual. «¿Desaparecerá el coronavirus con la llegada del buen tiempo?», titulábamos una noticia aquel 10 de marzo (en la calle -infelices de nosotros- se confiaba en el verano tórrido para salir vencedores...). Pero cinco días después, el domingo 15, amanecimos confinados, 24 horas después de que el Consejo de Ministros aprobara el estado de alarma. Por entonces, Córdoba sumaba ya 35 contagios tras duplicarse en un solo día. Y a partir de entonces, aislamiento, movimientos limitados, rutinas sociales y laborales modificadas… En nuestras vidas entraban conceptos como estado de alarma o confinamiento a la vez que aprendíamos sobre tipos de mascarillas, distanciamiento social, teletrabajo, ertes, pecerres, fernandosimones, aerosoles y vacunas… Y nuestros dispositivos móviles, desde hace años en proceso de extensión frankensteiniana de nuestras manos, se hicieron cuerpo único y nos volcamos en la prensa digital. Y mientras nos sobrecogía también la muerte de Julio Anguita el 16 de mayo disparando de nuevo las métricas en la despedida al Califa Rojo, transidos por el coronavirus (por aquellas fechas acumulábamos ya 1.688 casos confirmados en Córdoba) e inmersos en un encierro excepcional, nos dimos a un nuevo consumo de los medios de comunicación, reforzando una transformación digital que ya venía gestándose desde los últimos años. Porque la incertidumbre, quizás también el miedo, alimentaron este 2020 una notable necesidad de información. Y más aún cuando ante la crecida de fake news y bulos por internet, el usuario reclamaba información veraz, directa y cercana. Y ahí estuvo Diario CÓRDOBA, siempre entregado en el servicio a sus lectores, ofreciendo un producto actualizado de primer orden desde su apuesta por la transformación digital y, sobre todo, aportando confianza, mucha confianza, a los miles de usuarios que navegan por su web.

*Jefe de Digital