En el próximo CIS, Tezanos debería preguntar si es válida la opinión política de los mayores de setenta años, tal como propone Adriana Lastra. No lo hará, pues él mismo quedaría fuera de juego, junto con otros insignes miembros de la Ejecutiva del PSOE, como Escudero o Cristina Narbona. Aunque no es la primera vez que la portavoz del PSOE hace honor a su apellido, esta vez se ha pasado al despreciar, por gagás, a los socialistas que rechazan los acuerdos del Gobierno con Bildu. Que son viejos, dice Adriana, y que ahora les toca a ellos, la nueva generación socialista, amañar acuerdos con la izquierda aberzale cuyo objetivo, según ha expresado el señor Rodríguez de Sortu, es «tumbar definitivamente al Estado español». Objetivo que comparte Pablo Iglesias al bendecir la incorporación de Bildu «en la dirección del Estado».

Aciertan quienes dicen que el humor vasco es como la fórmula de la Coca Cola, una incógnita, porque tiene su gracia que desde el PNV se considere que pretender acabar con el Estado español dándole apoyos «es como matar un tocino a besos».

Qué de risas podríamos echarnos si no fuera porque somos muchos los que compartimos la náusea de Fernández Vara y García Page , porque no me negarán que no es un esperpento que Podemos, junto con los separatistas vascos y catalanes, enmiende su propio Presupuesto con tal de «torcer la mano al Gobierno». Iglesias contra Iglesias, anda que no tiene guasa la cosa. Como la de Pedro Sánchez al considerar un gran paso para la democracia el apoyo de quienes aún festejan como a héroes a los asesinos de ETA. A ver cómo analiza Tezanos los siete puntos que ha crecido la insatisfacción con la democracia en España, cómo explica el elevado grado de desconfianza de los españoles. Pero como es muy mayor para la nueva generación socialista, igual ni se lo plantea.

* Periodista