Ahora que con las cosas de comer sí se juega, los devotos de Pablo Iglesias se han propuesto prohibir en los comedores escolares el consumo de carne. Bajo la ingeniosa denominación «lunes sin carne», la semana de los alumnos mediopensionistas comenzará aún peor, pues no es de esperar que el primer plato del nuevo menú sean cocochas de merluza en salsa verde. Gracias a los políticos podemitas, ponerse morado ya solo será enfundarse una camiseta del color corporativo del partido político.

Desde tiempo inmemorial, las religiones han tenido un tortuoso vínculo con lo cárnico. En algún momento de nuestro valle de lágrimas, católicos, judíos, hinduistas o islámicos debemos abstenernos de comer carne, so pena de ser desterrados a ese inmenso asador que es el infierno. Parece que a la santidad le va mucho mejor el vegetarianismo; quizá sea porque los enemigos del alma siempre fueron el mundo, el demonio y la carne. En su propósito de convertirse en la confesión oficial del régimen, Unidas Podemos ha actualizado su catecismo e instaurado el lunes lectivo como día de abstinencia, pese a que su líder mesiánico no cumpla con el precepto. Según el turbio Portal de Transparencia del Gobierno, el vicepresidente segundo gusta del cordero, la cecina y el jamón. Dicen que también tiene querencia por los chorizos, pero eso ya lo sabíamos. Últimamente Irene le ha afeado su creciente descuido ( no solo en el vestir ), pues bajo su arrugada camisa se intuyen unas incipientes lorzas que delatan su afición por el ibérico. En solidaridad con los colegiales, Pablo ha decidido que solo comerá chacina los fines de semana que no caigan en lunes.

Algunos de los más reputados nutricionistas han constatado que la supresión de la carne de la dieta infantil provoca un importante déficit cognitivo que incluso puede afectar al posterior desarrollo de la personalidad. Preguntada por este nocivo efecto secundario, la portavoz de la asociación «Almas veganas» ha manifestado que ya lo conocía, pues no en vano lo experimenta a diario en sus propias carnes. «No obstante, creo que no he entendido la pregunta, guapa. No sé muy bien qué significan dieta, déficit y cognitivo» le dijo a Lorenzo, el bigotudo periodista que la había entrevistado.

Esta difícil relación que algunos tienen con la libertad individual no acaba con la imposición a nuestros párvulos de una estricta dieta que ni la clínica Buchinger, sino que alcanza también a la bebida. Garzón ( el peor de los dos; el ministro, no el juez condenado por prevaricación ) ha emprendido una campaña que salve a nuestros jóvenes de la amenaza que suponen los refrescos y zumos, para lo cual ha anunciado una subida de los tributos que gravan esos peligrosos líquidos. Gracias a la política educativa y alimentaria de este Gobierno, lo único que se va a poder repetir en el colegio es un plato de quinoa. Por quien más lo siento es por mi sobrino Alberto, ya que el único pescado que le gusta es el cochinillo asado.

Mucho me temo que, de prosperar esta censura alimentaria, muy pronto el único chuletón que va a quedar en España sea el ministro Ábalos. Supongo que algo tendrá que decir al respecto el presidente del Gobierno, aunque quizá no quiera contrariar a su vicepresidente. Hace tiempo que son uña y carne.