Ha finalizado el proceso electoral del Consejo Regulador (CR) de las Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) Montilla-Moriles y Vinagre de Montilla-Moriles, al que se había presentado una candidatura única y donde se me ha vuelto a reelegir como presidente. Ante todo, mi agradecimiento a los agricultores, bodegas y cooperativas por su confianza, pero quiero destacar algo que pone de manifiesto dicha candidatura: la unidad del sector del vino. Que todos remen en la misma dirección se convierte en la mejor noticia. El trabajo es fruto del esfuerzo conjunto. En un mundo tan cambiante como el actual los individualismos carecen de futuro y, además, están pasados de moda. Del vino dependen en la zona más de 7.000 familias, lo cual pone de manifiesto su importancia en la economía productiva cordobesa. Por tanto, la unidad es la única forma de poder salir de esta crisis tan aciaga y que tanto está afectando al sector.

Y es que nuestros vinos dependen, en casi un 75 por 100, de la comercialización en el sector Horeca nacional. El resto está vinculado, principalmente, a la distribución y a la exportación (también de forma mayoritaria con destino a dicho sector). Por su parte, las exportaciones de vinos a futuro están ralentizadas, así como la actividad vinculada al enoturismo y las ventas directas en bodega. De aquí que haya bodegas donde la actividad ha descendido en un 80 por 100.

Ante esta situación, el CR no se puso de perfil. Se han mantenido decenas de videoconferencias con todos los agentes implicados y las distintas instituciones locales, autonómicas y nacionales, así como se realizó un informe que les fue trasladado. Todas estas labores han sido fructíferas, ya que se han conseguido ayudas a agricultores, bodegas y cooperativas, para ayudar a mejorar algo la situación. Esta dependerá de cómo vayan evolucionando los acontecimientos, lo cual, al día de hoy, es un enigma. Sin embargo, seguimos trabajando con el convencimiento de conseguir entre todos un futuro mejor.

También es preciso destacar el trabajo realizado para actualizar y modernizar el pliego de condiciones de nuestros vinos y vinagres, así como el llevado a cabo para la armonización de los vinos andaluces. Este último verá la luz a finales de este año gracias al esfuerzo realizado, tanto internamente como institucionalmente, por los cuatro CCRR.

Igualmente, cabe recordar el convenio, firmado con la Junta de Andalucía, la Universidad de Córdoba y el Ayuntamiento de Montilla, para adecuación de la sede del CR en las instalaciones de la Oficina Comarcal Agraria, y que se convertirá en la segunda sede universitaria pública fuera de la capital.

Entre los retos del CR se encuentran la promoción y la formación. Es cierto que Montilla-Moriles nunca se había caracterizado, hasta fechas recientes, por una apuesta decidida por ambas, sin duda, por la dimensión de la zona de producción y el volumen de vino comercializado. Ahora bien, y es una opinión generalizada en el sector vinícola nacional, algo ha cambiado en los últimos años en relación a la percepción que tienen, sobre nuestros vinos, tanto los prescriptores como los consumidores. De aquí que debemos insistir en dar a conocer sus bondades y mejorar el posicionamiento de marca. Una asignatura pendiente y donde otras DOP tienen ya mucho camino recorrido es la promoción de nuestros vinagres. Sin embargo, su calidad hará que, en breve plazo, seamos reconocidos debidamente.

Ahora bien, hemos de salir de nuestro entorno más próximo. También, insistir en el necesario maridaje entre vino y gastronomía, pues presenta una gran versatilidad, como acompañante y como ingrediente. La cocina es uno de los estandartes de la marca España a nivel internacional, pero también chefs de allende nuestras fronteras, sin saberlo, están poniendo en valor nuestros vinos. Para un presidente, como el que firma estas líneas, es una satisfacción encontrarse, en la carta de un buen restaurante europeo, con un «Pato al PX».

Otro de los retos es la internacionalización, pese a que ya estamos presentes en los mercados europeos, EEUU y Canadá, así como en el Sudeste Asiático. Con la Junta de Andalucía se está estudiando un plan de promoción internacional para dar a conocer los vinos andaluces por distintos países. En este sentido, quiero poner de manifiesto que la unidad a que me refería al principio también está presente en las cuatro DOP de vinos de nuestra región: Condado de Huelva, Jerez, Málaga y Montilla-Moriles. Afortunadamente, ya no vamos cada una por nuestro lado, sino que hemos sido capaces de dotarnos de un mensaje común y crear una única voz con las administraciones públicas.

Por último, un ruego a los lectores: cuando entren en un bar o un restaurante, pidan una buena copa de Montilla-Moriles. Detrás de ella se encuentra el trabajo abnegado de muchos, y que se lo agradecerán.