Cuando los indicadores sociales (con el aumento del número de desasistidos y en indigencia, o en dificultades domésticas), económicos, (crecimiento del déficit, hundimiento del PIB y con el montante de la deuda pública por las nubes), institucionales (mediante los ataques perpetrados contra la Constitución, con al parecer cierta desatención gubernamental) y sanitarios (con una segunda fase de la pandemia del covid-19, tan extraordinaria como la primera, sin un plan al respecto de la sanidad, comercio, centros educativos y universidad), se sitúan todos en elevados porcentajes, que entrañan en su ámbito más desempleo, cierre de empresas y ruina de la ciudadanía, ahora aparece, una vez más, la troceada y perdedora oposición política, sin levantar cabeza, con una crisis interna de su porción mayoritaria, poniendo a hervir, nuevamente, a unos líderes poco hechos, nada sólidos, fragmentarios, cansinamente moderados, que no evidencian en sede parlamentaria, como es su democrática obligación, como insistiendo reiteradamente en propicios medios de comunicación, una vez y otra, tanto destrozo, así como la nefasta gestión de la crisis global que se padece.

Habida cuenta de la ineficiencia tanto del Gobierno central, social-comunista, demagogo y populista, principal responsable, como por lo concernido al respecto en las comunidades autónomas, y cuando, máximamente, debiera esa al parecer leal oposición estar ya pergeñando un gobierno en la sombra, con muy estudiadas medidas concretas, señalando, sin circunloquios y sin cortapisas ni paños calientes, lo que está ocurriendo, dicho con sus nombres y apellidos, denunciando, alto y claro, a los que marrulleramente alardean falaces de su incompetencia sintiéndose impunes, llamándose andanas, como si estuvieran esperando que salga el sol por Antequera y que la provisión de los fondos comunitarios, que aún no llegan, les saquen del atolladero, mientras otros de tales irresponsables han estado tostándose con la brisa marina contra una cerveza fría surtida de mariscos, quizás antes de que le manden a tomar viento. H