Los datos de la evolución de la pandemia en España son preocupantes. Según los datos de la Universidad de Oxford (https://ourworldindata.org/coronavirus), una de las fuentes más fiables de datos sobre el covid-19, el número de contagios en media de 7 días (media móvil) en España es, a fecha de 26 de agosto, de 147,75 casos positivos por cada millón de habitantes. Para establecer una comparación, basta con saber que en los Estados Unidos, en la primera ola, estaba en 130 (en decrecimiento), que Italia (fue en la primera ola 15 días por delante) estaba en 7,2 (20 veces menos) o que en Alemania estaba en 12,9 (11 veces menos). Y para hacernos una idea de la gravedad basta con saber que ese era el nivel de contagios el 5 de abril, cuando se estaba pidiendo el tercer estado de alarma, o el 27 de marzo, cuando se estaba finalizando el primer periodo de confinamiento. Estamos, pues, con los contagios en escalada ascendente, y más que van a crecer en cuanto terminen las vacaciones y nos amalgamemos en nuestros lugares de origen. Una segunda escalada que empezó a mediados de julio, pues el 15 de julio ya estábamos en 15,22 casos por millón (despegándonos de la media europea y de nuestros vecinos), el 31 de julio estábamos en 49,2, el 15 de agosto en 86,9 y, a finales de agosto, estaremos en 155/160. O sea, cada 15 días duplicamos la tasa, lo que nos dice, si aplicamos un modelo exponencial simple, que, si no se toman medidas más drásticas, volveremos a tener un pico de contagios la segunda quincena de septiembre, justo cuando estamos pensando abrir las escuelas, lo que nos dará una segunda oleada de una gravedad similar (en número de contagios) a la de la primavera.

Algunos dirán, como dice el mismo Gobierno, que ahora hay más gente inmunizada, que ha cambiado el patrón de contagios (pues es la gente joven la que más se contagia), que este incremento se debe al mayor número de test, etc. Y puede que lleven alguna razón, pero el hecho es que la letalidad por cada millón de habitantes en media móvil alcanzó los 18,57 diarios (casi 900 muertos diarios) un 5 de abril, la más alta de Europa y una de las más altas de los países desarrollados, y que la primera oleada nos ha dejado un saldo oficial de 28.472 (612 muertos por millón, más de los que llevan los Estados Unidos o Italia y lejos de los pocos más de 100 de Alemania, por ejemplo) y un exceso de otros 14.000 por causas complementarias al covid-19.

¿Por qué se está produciendo esta nueva escalada en España si seguimos presumiendo de uno de los mejores sistemas sanitarios, seguimos teniendo un alto nivel de renta, una población educada y mecanismos legales para resolver el problema? La respuesta lógica es que o bien los españoles somos colectivamente más irresponsables que los norteamericanos, alemanes o italianos (lo que es dudoso, pues tienen comportamientos similares a los nuestros) o bien es que la gestión de la pandemia, empezando por el Gobierno de coalición del señor Sánchez, es un inmenso fracaso.

Un inmenso fracaso no solo en el ámbito sanitario, sino también en el económico, pues la economía española es la segunda economía desarrollada con una mayor caída del PIB y la primera en crecimiento del paro. Inmenso fracaso social, pues las ayudas aprobadas en mayo (con meses de retraso) no están llegando a las familias que las necesitan. Inmenso fracaso educativo, pues, a tres semanas de la vuelta al colegio, se anuncia ahora la contratación de miles de profesores para bajar la ratio (nada se dice de los espacios), como si no hubieran tenido todo el verano para hacerlo. Inmenso fracaso...

Reconozcámoslo, la gestión de la pandemia está siendo un inmenso fracaso. Un inmenso fracaso fruto de la incompetencia de un presidente y un Gobierno. Una incompetencia que debiera estar tipificada en el Código Penal. H