En unos momentos tan difíciles tenemos toda nuestra atención y el esfuerzo individual y colectivo centrado en superar la pandemia del coronavirus. No obstante, no podemos dejar pasar otros temas que se colocan en nuestra actualidad. Me refiero, como vecino de Córdoba, a la posibilidad de la instalación de veladores en el entorno de la Mezquita-Catedral, en un espacio catalogado como patrimonio de la humanidad.

Plantearlo en este justo momento parece como si se quisiera aprovechar la crisis, para ceder ante las presiones de particulares, justamente en un momento donde el tránsito de turismo por la zona es prácticamente ninguno. El Ayuntamiento parece estar estudiando la petición de Hostecor.

El entorno de la Mezquita no se puede llenar de veladores y convertirse en terrazas de bares. Este espacio es un lugar privilegiado, catalogado como patrimonio de la humanidad. Es un lugar de paseo, disfrute y contemplación del monumento, tan admirable y hermoso por dentro como por fuera.Todo lo que hagamos en este espacio único debe ser para poner en valor la Mezquita-Catedral, para conservarla y disfrutarla, nunca para devaluarla con veladores y obstáculos para los vecinos y para quienes vienen a admirar su riqueza ornamental y a contemplar hasta el más recóndito de sus rincones. Los paseos por el casco histórico de Córdoba y en especial por el entorno de la Mezquita, son uno de los grandes alicientes para visitar nuestra ciudad. La instalación de veladores devaluaría la grandeza del monumento e iría en detrimento del valor peatonal de este espacio.

Considero que el entorno de la Mezquita-Catedral de Córdoba no está suficientemente protegido. En la actualidad hay una ordenanza de veladores que se aprobó en el 2008 por unanimidad de todos los grupos municipales. En ésta, curiosamente, no aparece ninguna regulación específica para las zonas patrimonio de la humanidad o de áreas limítrofes.

Acogiéndose a esa ordenanza, se conceden licencias para veladores en tres espacios del entorno de la Mezquita-Catedral: dos de ellos en la calle Corregidor Luis de la Cerda y uno de ellos en la plaza Santa Catalina. Estas licencias se otorgan haciendo una interpretación de la ordenanza bastante ventajosa para la hostelería, pues también se podrían denegar atendiendo a lo estipulado : “Deberá denegarse la licencia cuando sea conveniente reservar para el tránsito peatonal la totalidad de la acera, calle peatonal o espacio para el que se solicite la ocupación teniendo en cuenta sus dimensiones, la intensidad y frecuencia del paso..., y las demás circunstancias específicas concurrentes”.

Es necesario que además de rechazar la solicitud de más veladores en la zona, se actualice esa ordenanza regulando de forma restrictiva la concesión de licencias de veladores en las zonas declararas patrimonio de la humanidad y en las zonas limítrofes. También considero conveniente que no se vuelvan a renovar algunas de las licencias en la actualidad concedidas que interrumpen el paso y desmerecen al entorno.

Tanto la Unesco como la Junta de Andalucía debiesen intervenir para que el entorno de la Mezquita-Catedral de Córdoba no se convierta en un área de terrazas de bares.