Las elecciones en el País vasco fueron esclarecedoras. El 67% del electorado votó PNV y Bildu. Ambas formaciones obtuvieron en total 53 diputados. Recordemos que Bildu, segunda fuerza, la dirige un convicto por terrorismo. ¿No habíamos quedado en los últimos años que los dirigentes vascos eran moderados y pragmáticos con sentido de estado si los comparábamos con los catalanes? ¿Es moderado pactar en el Parlamento vasco con Bildu heredero proetarra? ¿Tener sentido de estado es la negativa de los parlamentarios del Parlamento vasco a jurar o prometer la Constitución? Pienso hoy en el verano de 2011, durante un curso al que asistí en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Allí le oí a Jaime Mayor Oreja referirse al «déficit de Nación y al déficit de valores», así como al «relativismo atroz que padecemos». Qué razón tenía al definir a ETA, «la gran amenaza como proyecto de ruptura de España». Afirmó que «el aterrizaje en las instituciones vascas no es el final, sino apariencia de un final sin ser el final». Afirmó que «la decadencia de la democracia radica en la mentira» y aludió a lo que le dijo un adversario político: «Eres útil si mientes». La sociedad vasca sabe de sobra que le mienten pero prefiere mirar para otro lado. El «déficit de valores» lo tienen bien asumido ahora que ETA no mata. Pero qué bien se blanquea el crimen también por parte del PSOE. El mal termina convirtiéndose en un bien e incluso los etarras liberados son recibidos como héroes.

*Periodista