Se ha cumplido un siglo de la cogida mortal de Joselito El Gallo por el toro Bailaor de la viuda de Ortega, en la plaza de toros de Talavera de la Reina (Toledo), el 16 de mayo de 1920. Nacido en Gelves (Sevilla), en 1895, en el seno de una las sagas más célebres de la historia del toreo, tomó la alternativa en 1912. En sólo ocho temporadas lidió 681 corridas, 80 en Madrid y 59 en Sevilla, y mató 1.569 toros, 90 de Miura. Son varios los autores que consideran esencial su contribución a la tauromaquia en los siguientes aspectos: selección del toro mediante su estudio, conocimiento y asesoramiento en los tentaderos; evolución de la lidia desarrollando el toreo en redondo ya iniciado por Guerrita, pero creando un estilo propio que aunaba el dominio del toro con su arte; y popularización de la Fiesta Nacional, promoviendo la construcción de plazas monumentales en Sevilla y otras grandes ciudades, lo que permitió abaratar las entradas.

Joselito alternó con Belmonte en 257 tardes. Se ha dicho que los protagonistas de la edad de oro del toreo se complementaban en el ruedo. En realidad, José y Juan pactaron una rivalidad en su beneficio y de cara a sus partidarios, gallistas y belmontistas. El Pasmo de Triana, en la obra de Chaves Nogales Juan Belmonte, matador de toros; su vida y sus hazañas, reconoce: «En aquel tiempo, Joselito era un rival temible (…). En la plaza le movía la legítima vanidad de ser siempre el primero (…). Frente a él yo tomaba la apariencia de un simple mortal, que para triunfar ha de hacer un esfuerzo patético». La influencia de Joselito en la evolución de la lidia se frena con su muerte. Posteriormente, Chicuelo y, sobre todo, Manolete perfeccionarán el toreo en redondo.

Se dijo de él: «Le mató un toro pero no le afligió ninguno». Críticos taurinos de distintas épocas consideran a Joselito como el mejor, el lidiador perfecto: «El rey de los toreros».

*Profesor