Somos lo que somos y siempre estamos para ser humanos de verdad y practicar la alta humanidad en este caminar de nuestra senda existencial. Por eso mismo, Julio Anguita González es el vivo ejemplo de un alto señorío en cuanto al compromiso ético. En la moderna etapa democrática que arrancó con la Constitución española de 1978 muy pocos han sido grandes referentes en la trayectoria de convivencia plena en nuestro país y uno de ellos ha sido, y con letras mayúsculas, el que fue primer alcalde democrático de Córdoba, Julio Anguita. No hay tantos seres humanos que puedan decir con exactitud que pensaron como vivieron y vivieron como pensaron, porque la coherencia y la ética son virtudes señoriales que dicen mucho de la entrañable alma que late una persona en su dimensión existencial. Las ideas son una palanca de cambio para el progreso de la sociedad, aunque a veces todo se queda pequeño por falta de una coherencia ética respecto a la idea que se defiende. Y con Anguita la ética y las ideas se convierten en un camino ejemplar de alta coherencia y, por tanto, del más digno señorío. Julio Anguita, maestro de profesión con ética de maestría y coherente lección en cada momento. Ciudadano del mundo, andaluz de pasión y señor con señorío porque se sabía muy bien la lección, la política es noble para todos vivir mejor. Maestro, tu sueño aquí queda con muchos dueños, somos humanos y fraternos hermanos desde la creación. Hasta pronto, aquí el camino es corto y la ética, la mejor bandera.

* Profesor de Lengua y Literatura