Es evidente que el coronavirus coronavirusha cogido fuera de juego a la humanidad, demostrando que un minúsculo bicho de carácter biológico se puede convertir en la peor máquina para hacer daño a las personas. Somos capaces de predecir temporales, de predecir ciclos económicos, pero somos incapaces de prevenir una pandemia como la que nos azota.

Una situación que debe hacer reflexionar a todo el mundo sobre el papel que tiene que jugar la inversión en sanidad y en investigación, porque podría ser que las futuras guerras no se libren con armas sino con medicamentos y material sanitario.

Y ante eso los gobiernos deben estar prevenidos porque no es lo mismo que una pandemia coja a un país con un sistema sanitario fuerte y con músculo a que lo coja adelgazado.

Por lo tanto, no estaría mal si nuestra clase política española, en vez de utilizar como arma arrojadiza esta grave crisis que estamos sufriendo, entona el mea culpa y analiza qué ha hecho durante los últimos años para fortalecer el sistema sanitario en cada territorio.

No podemos olvidar que las políticas sanitarias están transferidas a la comunidades autónomas y que son astas las que deciden cuánto dinero gastan en sanidad y en qué lo gastan, en definitiva son las responsables de fijar en sus presupuestos si apuestan o no porque haya más personal sanitario contratado, más camas hospitalarias y que se cuente con el debido material sanitario y de protección.

De tal forma que cada gobierno autónomo tiene gran parte de responsabilidad para hacer más fuerte su sistema sanitario, para promocionar y vigilar de manera adecuada la atención a nuestros mayores en las residencias y para impulsar y aplicar la atención a las personas dependientes.

Y digo esto porque mucho me temo que desde la crisis económica de 2008, los paganos de la misma han sido los trabajadores, el sistema sanitario y los servicios sociales que son, precisamente, los que más recortes han sufrido.

Así que, señores, dejen de tirarse los trastos a la cabeza y aprendan la lección, inviertan en investigación, en salud y no especulen con ella. Es posible que a partir de ahora muchas personas apuesten por aquellos políticos que se comprometan a protegerla.

*Manuel Aguilar Germán, Técnico Superior en Formación Profesional