El nuevo gobierno municipal no puede cambiar de la noche a la mañana la realidad socioeconómica de Córdoba, ni hacer tabla rasa. Ahora, lo que procede es dedicarse con empeño «a las cosas», como decía Ortega y Gasset, sin cuestiones previas, ni narcicismos, confiando en el salto que dará esta tierra «el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse el pecho a las cosas, a ocuparse y preocuparse de ellas directamente y sin más, en vez de vivir a la defensiva, de tener trabadas y paralizadas sus potencias espirituales, que son egregias, su curiosidad, su perspicacia, su claridad mental secuestradas por los complejos de lo personal». Ahora a lo urgente y lo importante, sabiendo que hay capacidad para influir y desplegar el potencial de una sociedad agarrotada, luchando contra las desigualdades y la pobreza y no contra la riqueza.

La expresión cifrada de esa intención es el presupuesto municipal para 2020 que recoge las actuaciones necesarias para activar el desarrollo económico y la puesta en marcha de medidas sociales imprescindibles que atiendan las necesidades de todos.

El alcalde, José María Bellido, ha fijado el camino a seguir en los próximos años a través de un nuevo plan estratégico que marcará el itinerario y los proyectos que hagan de Córdoba una ciudad de oportunidades. Un reto que viene recogido en unas cuentas municipales con más inversión y más recursos para el impulso de iniciativas donde será indispensable la colaboración de todos. Lo que está claro es que lo que la ciudad necesita es colaboración social y política para poder planificar con una perspectiva sosegada de medio y largo plazo las medidas y reformas que necesita.

Todos somos parte de la transformación de la ciudad que claman los tiempos, la vida es un cambio continuo arrastrado por el ruido de la tecnología que traza el progreso. No hay lugar para el conformismo y la indolencia, el único camino es el cambio y para ello urge evolucionar hasta de mentalidad, hay que romper con nuestro propio bucle, la inacción, la falta de ambición.

Esa apuesta de futuro arranca en 2020 con unas cuentas que presentan un incremento de 5,75%, hasta alcanzar los 302 millones de euros en ingresos y gastos. Se consignan hasta 28 millones de euros para proyectos de inversión que tenemos el gran reto de ejecutar modernizando con urgencia la maquinaria del Ayuntamiento, frente a los 19 millones de euros planteados el pasado año. Las cuentas consolidadas -que incorporan el conjunto de empresas y organismos municipales- ascienden a 404 millones de euros, un 4,92% más que 2019.

Sabíamos que si llegábamos al gobierno municipal teníamos que devolver a los cordobeses el esfuerzo realizado durante tantos años en impuestos y así lo hemos hecho, rebajando la presión fiscal a todas las familias de Córdoba y a quienes lideran la actividad económica. Aprobando una reducción del IBI urbano y rústico con el compromiso de bajar progresivamente el impuesto que afecta a los agricultores hasta la media nacional en cuatro años. Hemos reducido el impuesto de vehículos, bonificado las plusvalías especialmente en caso de herencias y reduciendo el impuesto de construcciones, instalaciones y obras. Una bajada de impuestos que tendrá efectos en una menor recaudación y que se compensa con una mejor gestión de la deuda financiera que permite incrementar inversión tras amortizar el último ejercicio 32 millones de euros en préstamos.

Los presupuestos municipales 2020 inauguran una nueva etapa que pretende el diálogo con todos los grupos políticos para situar a Córdoba donde se merece. La presentación del proyecto supone un paso imprescindible para la aprobación de unas cuentas necesarias para Córdoba. Ahora, las diferentes fuerzas políticas tenemos la responsabilidad de dar una oportunidad al consenso y aportar propuestas para intentar llegar a un acuerdo. Confiemos en el consenso para poder caminar con seguridad hacia el crecimiento y el empleo.

Es bueno para la ciudad sacar adelante acuerdos por el empleo; el desarrollo económico y los sectores productivos; el desbloqueo de inversiones de la Junta y el Estado; por el futuro de las empresas y servicios municipales y contra la desigualdad y la pobreza.

Muy al contrario perderemos el tiempo y la razón si concentramos los esfuerzos en debates estériles y polémicas que crispan el ambiente, empañan la convivencia y fracturan a la sociedad aislándonos de ella, apartándonos irresponsablemente de nuestro deber de buscar el bienestar y el progreso de una ciudad que se lo merece todo. Demos una oportunidad al consenso.

* Delegado de Hacienda y Urbanismo del Ayuntamiento de Córdoba