Aunque ahora se conozca como Día de la Mujer no podemos perder de vista que, en origen, el 8 de Marzo se instauró como Día de la Mujer Trabajadora, porque todas las mujeres somos trabajadoras y la única diferencia radica en la existencia o no de remuneración de nuestra labor. La precariedad y la pobreza tienen rostro de mujer. La brecha salarial se asienta ya en la etapa estudiantil dado que las carreras tecnológicas y mejor remuneradas han sido históricamente cursadas por hombres, mientras que las asistenciales y de cuidados, así como la lengua y las artes estaban más feminizadas. No llegamos en igualdad de condiciones al mundo laboral por el simple hecho de ser mujeres y porque en esta sociedad patriarcal las labores de cuidados a personas menores, mayores y dependientes recaen sobre nosotras. Y no podemos olvidar otra carga, la mental. Nuestra cabeza siempre está funcionando porque estamos organizando mentalmente el funcionamiento de nuestros hogares, además de nuestros empleos. Las políticas de austeridad nos han recluido como cuidadoras en las casas, debido a la disminución drástica de las ayudas a familias y dependencia y el desigual reparto de las tareas domésticas genera brecha de género en la participación laboral. Casi 42.000 mujeres engordan las listas del paro en Córdoba, es decir, casi el 60% de las personas desempleadas, y su tasa de actividad es más de 15 puntos más baja que la de los hombres y del cada 10 mujeres en activo, 5 trabajan en los cuidados. Además, más del 50% de las mujeres cobran por debajo del SMI y como tienen más temporalidad y parcialidad en la contratación cotizan menos y por extensión tienen menos desempleo y pensiones más bajas.

Todo ello lastra la independencia económica de las mujeres y su derecho a tener un proyecto de vida y obliga a muchas a seguir dependiendo de un hombre.

La igualdad real aún está lejana, y por ello CCOO sigue batallando y sigue reivindicando la importancia del 8M. Por ello, sigue prestando el Servicio de Defensa Legal a Mujeres, a pesar de no contar ya con la financiación del IAM a causa del sesgo machista del gobierno autonómico, que está dejando sin financiación las políticas de igualdad y contra la violencia de género. CCOO sigue escuchando y atendiendo a muchas mujeres en situación de indefensión y desamparo ante abusos en el marco laboral. Resulta inconcebible pero siguen despidiendo a mujeres por estar embarazadas, o preguntándoles en las entrevistas si tienen pensado aumentar la familia. A diario nos enfrentamos con las mutuas porque intentan retrasar la fecha de baja por riesgo en el embarazo y la correspondiente prestación. Algunas incluso con la desfachatez de pretender que la trabajadora pida la baja en la Seguridad Social para no hacerse cargo la mutua.

En las empresas y centros de trabajo donde CCOO cuenta con representación sindical se interponen conflictos colectivos. Pero tanto las denuncias individuales como colectivas no solo dependen de nuestra disposición y medios, así como de nuestra capacidad de negociar y mediar en un Sercla, sino en última instancia de la decisión de una jueza o un juez.

Otra forma de denunciar es a través de la Inspección de Trabajo a título personal o desde el sindicato. Pero los recursos humanos de los que dispone la Inspección son escasos, lo que ocasiona retrasos en la actuación, con el perjuicio que ello supone para las trabajadoras.

Queda patente que en CCOO nos movemos a diario para que la igualdad no sea una utopía, pero aún queda mucho camino por andar y muchas personas por concienciar. Desde nuestro sindicato reivindicamos un Plan de Acción por la Igualdad con medidas cuantificables, así como la implementación y registro de los Planes de Igualdad. Y por supuesto, una persecución a las empresas que los incumplan. Otra de nuestras competencias como agente socializador de cambio son la negociación colectiva y los protocolos de acoso. Está en nuestra mano vigilar y velar por que las empresas no discriminen a sus trabajadoras y sí que les faciliten una conciliación de su vida laboral, familiar y personal, atendiendo toda la diversidad y casuística, porque las mujeres que no son madres también quieren tiempo libre para su vida.

Este 8 de Marzo salimos a la calle por un trabajo decente, por unas condiciones y salarios dignos, por una igualdad real y efectiva. Para CCOO, todos los días son 8 de Marzo y seguiremos luchando por y para las mujeres. Alcemos nuestras voces por las que no pueden hacerlo. Porque nos queremos #8MVivasLibresUnidas.

* Secretaria de la Mujer de CCOO de Córdoba