Ya nos hemos hecho mayores y observamos el periodismo de ahora desde la barrera a la que te lleva la edad. Pero hubo un momento, hace casi cuarenta años, que volvimos a Córdoba con nuestra recién estrenada licenciatura de periodistas universitarios, la nueva edad de oro del periodismo nacional. Aquel tiempo en que no había Internet, ni móviles, ni gabinetes de prensa y el periódico, en su información local, se tenía que rellenar con la vida que los periodistas encontrábamos en el Ayuntamiento, en los bares donde iban los concejales y en las calles donde comenzaban las huelgas y el mundo de la droga dejaba sus indelebles señales en forma de sucesos. El periódico La Voz de Córdoba había comenzado a mediados de mayo de 1981, dirigido por Paco Solano Márquez, con Ignacio Cid en el área de socioeconomía y barrios; Sebastián Cuevas, en sociedad y cultura; Antonio García Lucena, en provincia y maquetación; Ricardo Rodríguez Aparicio, en deportes y fotografía; y yo encargado de la política local. El gerente era Manuel Sánchez Blanco. Era sábado, 13 de junio de 1981, Fernando Morán, consejero personal de Felipe González en temas internacionales, que murió el pasado martes en Madrid a los 93 años, estaba recién apeado del electro-tren procedente de Madrid en la estación de toda la vida a donde me había mandado el periódico a entrevistarlo. Mientras el portavoz socialista en la Comisión de Exteriores en la Alta Cámara charlaba con el senador socialista cordobés Joaquín Martínez Bjorkman mi interior era un manojo de nervios porque el fotógrafo no aparecía y el periódico, con un mes de vida, no tenía archivo fotográfico alguno. Le hice una entrevista notablemente larga a Fernando Morán, ministro de Asuntos Exteriores con Felipe González, para alargar el tiempo, pero Ricardo Rodríguez, encargado de las fotos, no aparecía. En un momento dado me tanteé las monedas del bolsillo, las saqué y cogí del brazo a Fernando Morán para sentarlo en una máquina de fotos. Al día siguiente, domingo, 14 de junio de 1981, salió publicada en La Voz de Córdoba mi entrevista con Fernando Morán con una especialísima foto en cuya entradilla podía leerse: «Una anécdota: no puso objeción a retratarse para LA VOZ en una máquina de Photomaton».